Eres a quien primero veo todas
las mañanas, en la mesita de noche, incluso antes de que encienda la luz ya estás
sobre mí. Contigo todo está mucho más claro, todo es como tiene que ser: las
montañas son azules; el mar, verde; y los árboles, rojos.
Alguien dirá que hasta que no se toma el primer o
segundo café no ve el mundo claro, pero yo, desde hace bastantes años, consigo
ver gracias a ti, no más, pero sí mejor.
Hemos avanzado mucho juntos, a pesar de los comentarios a nuestras
espaldas, a pesar de modas ajenas que vienen y van, a pesar de nuestro aspecto,
como para dejarte de lado... Somos animales de costumbres, de costumbres
propias y, para serte sincero, creo que este sigue siendo el principio de una
larga amistad.
Comparto tu misma realidad, tu misma necesidad y tus mismas amistades. Me gusta la idea. Un beso.
ResponderEliminar¡Y yo, Eufrasio! Empecé con lentillas pero no eran buenas amigas y, además, necesitaban mucho de mi dedicación. Desde que utilizo gafas, la vida me sonríe y veo mucho mejor.
ResponderEliminarOtra que se suma a tu sentimiento hacia ellas, realmente necesarias, pero lo de los colores, mejor que te gradúen la vista, ja, ja!!
ResponderEliminarUn micro muy tierno con su punto de humor. Me gusta. Sin embargo, ¿por qué en singular?
ResponderEliminar