sábado, 21 de abril de 2012

TUS OJOS



Tus ojos, tan rebosantes de alegría por las mañanas. Con tú café de las 8 en la mano, tu pelo alborotado, tú bolsito marrón de piel y tus continuas prisas.
Son las 6 y media de la tarde, y con una sola mirada tuya adivino el duro día que has tenido. El jefe ha vuelto ha presionarte, tienes que hacer muchos papeles en poco tiempo, te entiendo cariño. Te devuelvo la mirada acompañada de una pícara sonrisa. En la cena, el silencio te delata. ¿Qué te ocurre? Nada, sonríes forzadamente. Tu mirada vuelve a delatarte una vez más. Otra discusión con tu padre, supongo. Arrastro hacia detrás mi silla y me acerco a abrazarte. Todo se solucionará, seguro.
La misma noche, no puedo evitar entristecer cuando, a oscuras, te beso la mejilla y mis labios se humedecen. Enciendo la luz. No puedo aguantar tu verde mirada ahogada en sentimientos tan evidentes que te entristecen y cabezudamente me niegas, como siempre.
¿No te das cuenta? Puedo observarte, puedo adivinar lo que sientes, puedo encontrarte entre un millón de mujeres iguales a ti, sin necesidad de  escuchar el sonido de tu voz… Tan solo tengo que encontrar tu mirada. 

5 comentarios:

  1. Es profundo, pero me hubiera gustado saber por qué ella lloraba. Y te animo a que el siguiente lo hagas en tercera persona, como si narraras la acción, a ver que tal se te da.

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  2. ¡María, la "h" que se te escapó en "hecho", la he encontrado en esta otra frase:

    "... vuelto ha presionarte"

    Vigila algunos tiempos verbales, y la repetición de algunas palabras como "mirada".

    ¡Buen trabajo!

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  3. María tienes madera y te rodean profesor@s que te pueden ayudar mucho. Enhorabuena

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  4. Bien María, sigue trabajando que vas por buen camino. ;)

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  5. Me ha encantado ese relato, sobre todo la técnica, muy buena, de fundir la narración y el propio diálogo de los personajes de una forma muy armoniosa.

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