Miro una foto: una carretera y un cielo abierto, y por entre las nubes disipadas se cuelan los últimos rayos del sol de un día más.
Una carretera que tomaría ahora mismo, sin dudarlo, para dar marcha atrás.
Y si pudiera dar marcha atrás, volvería a una de esas fiestas en El Cairo, en una noche de verano. Cubierta de pañuelos que abandonaría a la entrada del local, me despojaría de mis miedos para reír, bailar, conversar y flirtear. Para entrar en el denso y complejo mundo de la frivolidad de una fiesta con gente adinerada en un mundo en el que hay pobres pidiendo en cada esquina.
Cada mañana veía al mismo niño, tirado en una calle, durmiendo. La calle sucia, terriblemente sucia, y el niño con la cabeza llena de calvas, como comida por la tiña o por la desnutrición, o por una vida demasiado larga en un cuerpo demasiado joven. Le veía durmiendo, y le metía dinero en el bolsillo. Qué más podría yo hacer? Ahora imagino que por esa carretera yo volvería atrás, y me lo llevaría a casa, a darle de comer, limpiarle, abrazarle, hacerle mi niño. Tal vez haya muerto. Puede que sea incluso mejor que haya muerto.
La vida sin pasión es la muerte lenta del alma.
Volvería hacia atrás y me sumiría en el caos de unas calles pobladas de gente agolpada, de unos coches en constante ruido de claxons, de miradas pegajosas y palabras descaradas. Del aroma a especias mezclado con el olor de motores y el sudor de la gente, al calor imposible del verano.
Volvería allí y una vez más maldeciría el estar allí. Maldeciría el ruido, la polución, a los hombres. Miraría de nuevo con cierta rabia a las mujeres de rostro cubierto, amaría la dulzura en los ojos de los niños, la comida asequible a cada paso en las calles, los sabrosos zumos naturales.
La seguridad de lo que poseo, al otro lado de esa carretera, y todo el oro del mundo, lo cambiaría yo por aquella sensación.
Estaba viva.
Muy bien Pilar, pero dime, ¿qué tiene tu relato que ver con la foto del fantasma?.
ResponderEliminaryo no veo ningun fantasma, por mas que miro
ResponderEliminarPilar me ha contado que no sabía como iba el tema y ha comentado la foto de la carretera que aparece en la cabecera del blog.
ResponderEliminarBueno, pues no pasa nada, seguro que circulaba algún fantasma por esa carretera, lo dejamos y ya lo sabe para la próxima.
ResponderEliminarAdemás es bueno, y sí creo que hay algo fantasmal en esa añoranza de un tiempo en el que se sentía viva. Bienvenida al club de Valencia escribe.
ResponderEliminarGraaacias y perdon por el error:)
ResponderEliminarYo imaginaba que la historia estaba contada por la propia fantasma que añoraba su vida de viva y se arrepentía de cosas que no había hecho antes de morir. ¿Podría ser así?
ResponderEliminarAnda, pues puede encajar, no lo habia pensado, pero como al final he puesto aquella frase :"estaba viva", va que ni pintada, que coincidencia.
ResponderEliminar