Gol de Cristiano a pase de Di María en la final de la copa del Rey, esta era la señal que esperaba en vísperas del Jueves Santo. Dios me ha hablado por medio de un partido de fútbol.
Nunca fui muy creyente, siempre tuve dudas, dudas que mis padres no sabían solucionar, respuestas que los terciarios capuchinos del colegio no sabían darme.
No tengo amigos, dicen que no soy normal porque me cuestiono las cosas que todos deberíais cuestionaros. Nadie me entiende y no me importa.
Hoy es un día importante en mi pueblo, esta noche a las 00:00 será la rompida de la hora, miles de bombos y tambores sonando al unísono. Padres, madres, hijos, hijas, nietos, nietas, abuelos y abuelas, como borreguitos alienados, todos juntos, haciendo ruido durante 24 horas para conmemorar la muerte-sacrificio de Cristo.
Estaré en el lugar perfecto, hace tiempo que lo elegí, está en altura, con buena visibilidad, allí seré invisible y a las 00:00 aprovecharé el sonido ensordecedor de la percusión, para disparar una y otra vez la escopeta con mira telescópica de mi padre, escopeta que llevaré oculta bajo los pliegues de mi túnica púrpura. Cuando se den cuenta, cuando reine la confusión, la última bala será para mi.
Que nadie culpe a nadie, el Cristo de la buena muerte me lo ha ordenado.
Cuando la Guardia Civil registró la habitación de Ana, sobre su tambor, encontró esta nota de suicidio. Su padre murió de un certero disparo en la cabeza. Otras nueve personas más dejaron de hacer ruído.
Esos tambores Fernando me traen a la memoria a cierto aragonés ilustre. Gran relato. (es curioso que tambor sea tanto el instrumento musical como donde se meten las balas en un revolver)
ResponderEliminarSí señor. Una excelente idea. Despojas el misticismo del acto colectivo para dárselo al ritual del suicida. Bravo, Fernando.
ResponderEliminarMuy bueno Fernando.
ResponderEliminarBuñuel haría una película de esto si aún pudiera, el título bien podría ser: El otro tambor. Eufrasio, quise que viérais el propio calvario del suicida.
ResponderEliminarEnhorabuena,has mezclado dos aficiones casi fanatismos,todos a la misma hora viendo vencer a un equipo,todo un pueblo cumpliendo una tradición,bueno,todos menos una,la idea de no seguir a la colectividad,crearse otro mundo,.....tantas ideas juntas me gusta.
ResponderEliminarEres increible!!! Cómo cambias tus registros de una semana a otra y cada vez sorprendiendome más y más. Este era díficil, meterse en la cabez de una suícida no es nada fácil, tú lo has hecho con maestría, podía verla y sentir su miedo y esa seguridad que por otro lado quería aparentar. Genial!!!!
ResponderEliminarfernando, ya esta todo dicho, muy, muy bueno. Pero yo, para variar te pongo una pega: me ha chocado lo de "invisible" y "visibilidad", por supuesto que el contraste es acertado es solo una cuestión de sonido.
ResponderEliminarElla ve sin ser vista. La noche la ampara, lo hice a posta, pero es posible que choque un poco. Gracias a todos por vuestros comentarios.
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