Son las once y media de la noche y estoy esperando para poder hacer un sueño realidad.
Él se acaba de quedar dormido, o al menos eso creo. Ha estado toda la tarde sonriendo y en cada una de sus sonrisas me he sentido la persona más feliz del mundo. Luego ha cenado y entre bocado y bocado hacía muecas para que pudiese ver ese espacio vacío que a él le llena de orgullo. Después un buen baño, está ansioso por irse a su cama en donde las sábanas con sus dibujitos infantiles le abrazan cada noche, sintiéndose protegido por sus superhéroes. Me da un beso de buenas noches, el mejor beso que se pueda esperar jamás, le doy un abrazo del que no quiero escapar nunca y pone con cuidado el pequeño dientecito de leche debajo de la almohada.
Ya es la hora, el sueño ha vencido a la impaciencia, voy a su habitación, abro la puerta intentando ser invisible, meto la mano por debajo de la almohada, David se mueve pero sigue dormido, cojo el diente de leche con delicadeza para cambiarlo por un pequeño muñeco de su serie favorita, lo dejo en la mesita de noche y misión cumplida.
Es temprano, escucho unos pasitos inquietos que recorren el pasillo hasta mi dormitorio, David me despierta con su voz de niño inocente
.- Mami, mami ha venido el ratoncito Pérez.
Le doy un beso en su mejilla sonrosada y quisiera que por un instante se parase el tiempo para quedar eternamente presa en el sueño infantil de mi niño.
El salto de las niñas ha despertado al ratoncito Pérez y el sueño de David. Es hermoso, me encanta cuando te haces invisible para entrar en su habitación.
ResponderEliminarSólo te corrijo esta expresión: que a él le llena de orgullo, con que dijeras que le llena de orgullo, quedaría claro y no repetirías el y le. Las aliteraciones suenan mejor en poesía. Me ha gustado mucho, sigue así.
Muy bonito, Marige, yo para seguir con la crítica quitaría el gerundio "sintiéndose", un sencillo "se siente" me parece que quedaría mejor.
ResponderEliminaray, esta semana estoy muy contenta, creo que voy aprendiendo, por eso estoy super agradecida con vosotros bueno con Valencia Escribe en general.
ResponderEliminarHermoso Tula. Que bueno es no desvestirnos nunca de esa inocencia que todos vamos perdiendo a golpe de calendario. Yo aún escribo la carta a los reyes magos. Esto es totalmente en serio, que lo diga mi psicólogo!!! Un beso hermana.
ResponderEliminarMuy bueno Marige, es un relato muy tierno, me imagino a David enseñandole a su madre el muñeco con una gran sonrisa
ResponderEliminarJo, yo siempre creí en él, me acostaba ilusionada colocando mi dientecito bajo la almohada. ¡Qué rico!
ResponderEliminarBonito relato Marige,la ilusión de una madre es ver a su hijo feliz y el ratoncito Pérez ilusiona mucho.
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