martes, 26 de abril de 2011

"EN EL CALOR DEL INVIERNO" De Lara Hernández Abellán

Llegó el frío, pero con catorce años, los grados no se sienten, no se te cuelan en el cuerpo como ahora. Te ríes de él y sueles gastar bromas con ese vaho que te sale de la boca.
Con catorce años, el mundo aún es tuyo y marque lo que marque el termómetro, siempre tienes calor. Por entonces yo era así, una loca que nunca tenía frío.
Con catorce años estaba enamorada por primera vez en mi vida y podría haberme pasado el día y la noche paseando en camiseta sin notarlo. Mi corazón y mi piel eran demasiado jóvenes para saber lo que era quejarse de frío, cansarse por caminar o romperse de desamor. Todo eso lo aprendieron con el tiempo. No podía ser de otro modo.
Andábamos por calles, rodeados de amigos y sintiéndonos solo uno. Los dos sabíamos lo que pasaba, lo supimos desde el momento en el que nos presentaron en el patio del Instituto, tuvimos que bajar la mirada porque nos sonrojamos a la vez. Preciosa vergüenza aquella.
Con catorce años se escuchan una y otra vez las mismas canciones y en aquel viejo antro, que hace siglos que no existe, hasta nos las ponían en orden y cuando sonaba la nuestra, la mas bonita de todas, nos mirábamos de reojo. La ponían a las diez, justo antes de irnos, y esperábamos nerviosos esa mirada segura desde que salíamos de casa cuatro horas antes. Cada noche lo mismo, durante semanas que se hicieron eternas y que ahora me parecen un suspiro.
Con la entrada del nuevo año y una botella de sidra para ayudarse, me acarició la mano por primera vez al ir a felicitarle. A mi me temblaron las piernas y él lo notó. Siempre he estado segura de que lo notó. Toda aquella enorme plaza lo debió notar.
Y una tarde me besó, de la manera mas dulce que se pueda besar. Rodeados de gente que bailaba y que no nos prestaba atención. Sonó aquella canción, le sonreí y él me besó. Después se acercó a mi oído y aún con los ojos cerrados le escuché susurrar un “Te querré siempre“. Volví a sonreír.
Con catorce años, solo se dicen verdades, no hay por qué no decirlas. Pero yo me callé, no pude responderle. Sólo sonreí. Aún sintiéndolo igual que él, aún pensando que jamás dejaría de sentirlo. Sólo le sonreí.
Fue mi primer beso y uno de esos momentos que te vienen a la memoria a menudo , lo recuerdo intacto, cada segundo de aquella tarde, cada paso que dimos... He pasado mucho frío desde entonces y tuve que aprender a protegerme la piel y el corazón, no me quedó mas remedio, pero nunca he podido olvidar aquel beso.
Y tan sólo le sonreí...

8 comentarios:

  1. Que con 14 años no se tenga frío y que sólo se digan verdades, me han parecido de un poético, que me extraña mucho que aún no te hayas animado a escribir en valenciaescribepoesía.

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  2. Creo que de un modo u otro, todos tenemos una historia parecida, me ha encantado eso de "protegerme la piel y el corazón"

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  3. Bueno, gracias chicos!!! No creo que sea de lo mejor que he escrito, pero tenía una espinita clavada y en cuanto me enteré de lo del concurso del Beso, fué como si la historía saliese sola. Recuerdos que no se van aún pasando años y años. Todo verdad. Por entonces yo nunca tenía frio ni sabía lo que era mentir. Y cierto también, que como todos y a base de golpetazos tuve que aprender a protegerme del frio y del desamor.
    Pd: Sigo sin atreverme con la poésia Fernando, pero tal vez algún día te de una sorpresa.
    Besos a los dos

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  4. Me gusta mucho tu historia, Lara, pero necesita una revisión por ejemplo he visto una falta:"no hay por qué no decirlas". Aunque creo que al jurado no le hubiera importado ese detalle.

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  5. Corregido!!! Gracias jefa, la verdad es que no entiendo como se me había pasado algo así. Muaaa

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  6. Murcianica, que me encanta tu relato y me siento muy identificada con los mismos recuerdo. un beso

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  7. Lara, cuando las historias están tan bien narradas poco importa lo que en ellas se narre, pues uno cae como hechizado por la magia de las palabras. Eso es la literatura. Enhorabuena.

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  8. Muy bonita. Que tiempos aquellos ¿verdad?

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