martes, 26 de abril de 2011

Lucrecia Hoyos, Un beso bajo el ombú.


Sucedió de pronto, sin esperármelo. Nos veíamos todos los días en el trabajo. Conversábamos a menudo a la hora del café. Me caía bien ese chico nuevo, Pablo se llamaba. Tenía los ojos de caramelo y una sonrisa de uvas maduras que decía “cómeme”. Yo era una chica tímida, reservada. El tiempo libre lo pasaba en casa devorando libros o dando paseos por la ciudad cuando el tiempo era bueno. Llevaba siempre un cuaderno encima para escribir todo lo que me venía a la cabeza, era mi forma de no estar sola frente al mundo.

Aquel día fui al Jardín Botánico, me senté en un banco y comencé a escribir su nombre: Pablo, Pablo, Pablo… Lo repetí tres veces sin saber por qué y me quedé mirando el viejo ombú que me daba sombra.

-Hola, ¡qué sorpresa! –dijo una voz familiar a mi espalda. Me volví sobresaltada y allí estaba él, sonriente, con ropa informal y un libro en la mano.

-Hola -me levanté algo nerviosa y avancé mi cara para besar sus mejillas.

Él hizo lo mismo pero hubo una descoordinación en los movimientos y nuestros labios se rozaron levemente. Nos quedamos callados y sorprendidos, nos miramos a los ojos tímidamente. Después no sé qué pasó. Nos abalanzamos con fuerza y nuestros labios se acariciaron suavemente primero; con furia después, hasta quedar exhaustos.

Han pasado los días, las semanas y los años, cincuenta desde aquel primer beso. Hoy el ombú sigue regalándonos su sombra y protegiendo nuestras heladas copas de cava de la mirada de los extraños…

9 comentarios:

  1. Ocurrió en Valencia, lo se, he estado justo ahí debajo, tu beso me ha hecho recordarlo con curiosa exactitud. Muy directo Lucrecia.

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  2. Yo no he estado, pero puedo imaginarlo, tal y cómo está narrado. Entrañable historia.

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  3. Sabes la primera vez que leí tu relato pensé que la historía era real, que te había pasado a ti. Me hiciste imaginar que eras la protagonista y que ese viejo arbol existía de verdad. Te vote y no sólo porque una amiga en común me lo pidió, sino porque me gusto muchísimo. Me reitero en lo que pensé entonces. Muy bueno Lu!!!

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  4. Gracias. Lara, lo único real en este relato es el viejo ombú del Jardín Botánico de Valencia.

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  5. Yo lo voté sin conocerte, eso te puede dar una idea de lo que me gustó.

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  6. A parte de que el relato me gusto mucho cuando lo leí gracias a el conocí a Lucrecia por eso agradezco al relato a su autora y a beso de rechena el gran premio que me he llevado, Una amiga como Lu. Un beso ( bueno y por supuesto a todos vosotros que ya formais parte de mi vida)

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  7. Todo es real si se escribe de esta manera. Enhorabuena Lucrecia. ¿Es más real la literatura o la vida?...

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  8. Gracias, amig@s. llevas toda la razón, Marco.

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  9. Ya me gusto cuando lo leí la primera vez. Lo cierto es que pense que era basado en un hecho real. Hay muchos relatos que merecieron ganar

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