El cielo no presagiaba nada bueno cuando el "Virgen de Regla" salió al mar.
Ya lo advirtió Guillermo al patrón: "en cualquier momento se desata el diluvio sobre nosotros".Pero había que faenar para mantener a las familias: si no se pesca, no hay dinero; si no hay dinero, hoy no se come.
A las pocas horas de navegar, el mar comenzó a jugar con el barquito; sus dedos acuosos tamborileaban sobre babor y estribor bamboleándole como a un pedazo de corcho.
Se lanzaron las redes al agua y aún no habían caído los primeros peces en ella cuando se desató un diluvio. Guillermo contempló, preocupado, la oscuridad del cielo, los relámpagos y culebrinas, había que largarse de allí, advirtió al patrón, el casacarón no soportaría la tormenta.
Las olas estallaban sobre la quilla del "Virgen de Regla"mientra huía precipitadamente. El mar alzaba su mano tratando de retener al barquichuelo.
En uno de los embates, el chico cayó al agua. Sus desesperados alaridos llegaron hasta Guillermo. Aún temiendo lo peor, se lanzó al agua para socorrerle. El Océano era terco aferrando su presa, pero más terco era aún el veterano Guillermo para arrebatársela.
Una vez que izaron al muchacho al barco, alguien lanzó una cadena a Guillermo para que se agarrase a ella. Los eslabones golpearon su cabeza dejándole semi incosciente. El mar aprovechó el momento para tomar entre sus fauces de espuma al marino y alejarlo del barco, su salvación.
Guillermo luchó por mantenerse a flote, luchó para vencer al Titán líquido que lo atenazaba; pero pronto comprendió lo inútil de su esfuerzo: el barco había desaparecido y sus brazos y piernas cada vez adquirían mayor rigidez impidiéndole nadar. Se abandonó.
Mientras se hundía en el abismo pensó en que nunca había visto tormenta tan perfecta...y en qué comería su familia hoy.
Hola, compañeros.
ResponderEliminarBueno, este es el resumen de un relato más extenso que hace tiempo escribí. Lo he adaptado en duración para el blog. Un saludo a todos.
Te he arreglado los desajustes espaciales. Bienvenido de nuevo, a ver si te animas con un relato de película. Muy bien por tu relato!!
ResponderEliminarHola, Malen.
EliminarMuchas gracias por arreglar el formato, no sé por qué me salen a doble espacio.
El título está tomado de la película del mismo nombre protagonizada por George Clooney.
Tenía este relato que se relacionaba con ella.
Un abrazo.
Me gusta mucho tu relato, Manuel. No recuerdo si tiene algo que ver con la película pero sí, desafortunadamente, con mucha gente que vive de la pesca.
ResponderEliminarEs cierto, amiga.
EliminarAlgo hay de realidad en este relato.
Un relato conmovedor.
ResponderEliminarMuchas gracias, Fina.
EliminarLa vida del pescador es ciertamente arriesgada.
Bienvenido de nuevo, Manuel. Bueno yo entiendo que tu relato sí tiene algo que ver con la pelícua "la tormenta perfcta". Tú nos la has traído con nombres y personajes de aquí. Si mal no recuerdo, el nombre del pesquero es real y
ResponderEliminarno sé si lo serán los nombres de los protas. En ese naufragio, creo que murieron todos o varios de sus tripulantes, no lo recuerdo bien. Tú les has hecho un buen homenaje. Has recreado en tus letras muy bien lo que debe suceder en un barco durante tan terrible temporal. Enhorabuena.
Efectivamente, Amparo. Al final el mar cobra su tributo humano. Poseidón o Neptuno es un Dios injusto: a cambio de ofrecernos alimento de sus dominios, exige la vida de algunas personas.
EliminarAlgo de marino llevo en la sangre. Mi bisabuelo era marino y murió en el mar; mi abuelo también era marino, pero con la edad, dejó de navegar.
Enhorabuena Manuel por un relato que nos arrastra de principio a fin entre dos aguas, las que caen del cielo y las de un mar que finalmente engulle vidas y esperanzas. El final lo remata de forma magistral.
ResponderEliminarTriste relato, Manuel, en el que se deja claro la terrible situación de indefensión de un barco en la inmensidad del mar. No he visto esta peli, pero ya no me hace falta.
ResponderEliminarMuy bueno Manuel. El mar encierra historias como la que hoy nos narras, y que el cine ha reflejado tan bien en ciertas ocasiones. Enhorabuena!
ResponderEliminarHola, Manu, ¡cuánto tiempo! ¡Qué bueno que estés de nuevo por aquí. Es un relato hermoso. Te hago algunas observaciones ¿Vale?
ResponderEliminarcon el barquito; ... como a un taquito (como diría nuestro Marcelo, a ver cómo resuelves esa rima. Tú ya me entiendes.)
casacarón (se te ha colado una "a" de más)
Las olas estallaron sobre la quilla del "Virgen de Regla" mientra huía precipitadamente. (Las olas "estallaban" ...mientras huía. Para que haya concordancia con los tiempos verbales)
el barco había desaparecido y sus miembros (cambiaría la palabra miembros por "brazos y piernas". De lo contrario, al estar tan cerca del sujeto "el barco" parece que sean los miembros de la tripulación.)
La historia narrada es preciosa. Me ha gustado mucho, Manu.
Muchas gracias por las correcciones, Geli. Paso a realizarlas.
EliminarAñoro a Marcelo, su sabiduría en estos temas, su correcta forma de ser. todo un maestro.
jo, qué triste. ¿Está basado en la película de George Cloone?
ResponderEliminarBasado, basado, no. Pero te recomiendo que la veas, es muy buena...y muy triste al final.
EliminarGracias a todos, compañeros por vuestras opiniones. La verdad es que hay mucho de cierto en este relato. Así fue como terminó la vida de mi bisabuelo, un marino de Chipiona.
ResponderEliminarOstras, Manu, pues tiene doble valor para mí que nos lo hayas relatado. Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros. Un abrazo.
Eliminarla frase final es brutal, Manuel, brutal. Buen micro.
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