La saga de los Saturnino Salgado llevaba generaciones y generaciones actuando de la misma manera. Era el primogénito varón el que debía seguir la tradición de sus ancestros. Ya desde los primeros pasos de su vida tenían que ir al compás de quienes fueran su guía. El padre, el abuelo, incluso el bisabuelo y tatarabuelo, habían caminado delante del retoño, que un día sería el ejemplo de otros Saturnino Salgado, relojero profesional, preciso y puntual, como su mercancía, servicial y honesto con su clientela o cualquier ciudadano. El estilo tan peculiar de dar el paso, semejaba una marcha procesional, pausado y firme a la vez. Las manos a la espalda, evitando gesticulaciones ridículas. Cabeza baja, para evitar que ninguna distracción interrumpiera los pensamientos o una amena charla. El aprendizaje requería su tiempo, pero una vez conseguido, era imposible cambiar de estilo.
El último Saturnino Salgado es un caso excepcional. Tiene 45 años, todavía camina detrás de su padre y de su lonjevo abuelo. No marca el mismo paso, no es relojero profesional, preciso y puntual, tampoco servicial y honesto. Vive en el "HOTEL MAMA", cinco estrellas, lujo, el cual frecuenta para las horas de las comidas, a la habitación suele llegar de madrugada. El oficio de relojero se le hace cuesta arriba. En cuanto a perpetuar la saga, mucho tendría que avanzar la ciencia, dadas sus tendencias conquistadoras.
Me gusta mucho tu texto y la reflexión a la que me lleva, sobre el exceso de protección en la educación en los tiempos que corren que está dando como fruto personas incapaces, irresponsables, "piterpanes" que creen que sus padres vinieron al mundo para hacerse cargo de ellos siempre.
ResponderEliminarCreo que este tiempo verbal deberías cambiarlo:
distracción interrumpa (interrumpiera)
¡Enhorabuena, Dori!
Gracias Geli, corregido.
EliminarDori, nuestros padres intentaron hacernos a su imagen y semejanza, muchos lo consiguieron. Ahora nosotros lo intentamos viendo que la trama de nuestros padres funcionó más o menos, pero algo estamos haciendo mal porque en las calles sólo veo "NINIS". Buen relato.
ResponderEliminarTienes razón Fernando, los "NINIS" están muy presentes, algunos lo han elegido, otros por desgracia son forzosos. Seamos posotivos, todo irá a mejor (quiero creer).
Eliminarpositivos!!!!
EliminarMe gusta mucho, Dori. Sobre todo la posibilidad de no tener por qué seguir la tradición familiar. Buen relato, amiga.
ResponderEliminarGracias Manuel, a mi no me gustan las sagas, cada uno tiene que ir por su camino.
EliminarBueno, cuando no son impuestas sí.
EliminarMe ha encantado Dori, tus relatos cada vez me gustan más en cuanto a gramática y en cuanto a imaginación y forma de relatar. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarQue me sonrojo, Amparo!!
EliminarGracias compis, la verdad es que a veces se pierde el rumbo fácilmente, pero siempre hay vias de escape, como esta nuestra.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y, por desgracia, has relatado espectacularmente bien la realidad de hoy. Que no se sientan atacados todos esos "niñ@s" que todavía viven en HOTEL MAMA, con sus más de 40 años, yo conozco a más de uno y de una y me parece vergonzoso...Mi hermano y yo vamos al HOTEL MAMA de visita, y nos mima igual, pero no la cargamos con nuestra faena casera...
ResponderEliminarPara mi es el mejor relato que has escrito hasta la fecha, muy, muy bueno. Enhorabuena amiga, un abrazo.
ResponderEliminarDe acuerdo con todos, Dori, muy bueno.
ResponderEliminarLa palabra "conquistatoria" creo que no está en el diccionario, puedes cambiarla por "conquistadoras".