lunes, 19 de marzo de 2012

Nuestro mar


                                                                                                           obra de Nuria Meseguer

Unos días éramos sirenas; otros,  estrellas de mar; la mayoría de las veces gigantescos cefalópodos, ballenas o tiburones. Y a bordo de las olas, recorríamos entusiasmadas los siete mares buscando nuestras incautas presas.
Nos hicimos mayores y ya no somos nada. Dejamos que nuestros 
recuerdos floten ingrávidos como nuestros cuerpos en el agua.  No nadamos, solo hablamos y recordamos. Con nuestros sombreros bien atados a la cabeza, como entonces, sentimos que el tiempo no pasa y no pesa y seguimos charlando y charlando. Los pececillos nos mordisquean los pies, pero les dejamos hacer, estamos acostumbradas, nos creemos que son los mismos de siempre, aquellos de cuando éramos  niñas... 

11 comentarios:

  1. Gracias, Wis, tú siempre tan suave!!

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    1. El relato me ha encantado. Y he elegido tiburones porque he pensado que esos pececillos inocentes que les mordisqueaban los pies de jovencitas, al crecer se convirtieron en tiburones que se las querían zampar.

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    2. Cómo eres y cómo eres, prepárate para cuando te conozca que yo sí que me voy a convertir en tiburona!!

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  2. Vaya cabecita tienes hija. ese final abierto es para que la historia continúe?

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  3. Precioso Maga, y como dice Fernando el final es un principio que da paso a otra historia.

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  4. La nostalgia, siempre presente en nuestra vida de adultos. Bravo, Malén.

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  5. Es un texto sugerente, evocador, con sabor a añoranza y poesía.

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  6. Añoranzas del pasado.futuro incierto. me ha gustado mucho.

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