No quería volverme loca a causa
de tu abandono, por ese transcurrir de las horas sin saber nada más de ti. La
categoría temporal para mí tenía existencia por sí misma y no dejaba de
mirar los minutos que pasaban a engrosar el tiempo perdido. Te habías
convertido en mi obsesión y monomanía. No hallando respuestas por tu parte, decidí colgar el pequeño reloj que me regalaste de uno de tus viajes a Suiza en
la rama de un árbol del jardín. Allí estaría mejor que conmigo, formaría parte
de la naturaleza, mediría el paso de las estaciones, la alternancia del día y la noche o lo que duraba el
nacimiento de una flor. Fue el mejor regalo que me pude hacer a mí misma.
Me has cogido pensando también en el tiempo, buen micro, Maga. Un abrazo.
ResponderEliminarDejaste su memoria a merced de las inclemencias y caprichos del tiempo. Colocaste de forma premeditada en la intemperie los sentimientos, como en un limbo perdido... Me gusta.
ResponderEliminarMalén, precioso. Menos mal que has hecho los deberes antes de marchar de puente, porque si lo dejas estar, nos hubiéramos quedado sin poder disfrutar de este micro. Besotes
ResponderEliminarGracias, Wis, personas como tú son necesarias!!
EliminarMe ha encantado Malén.Me gusta esa frase final. Todos los días deberíamos hacernos regalos a nosotras mismas y, si encima, te quitas de encima algún lastre del pasado, mejor.
ResponderEliminarEspero que disfrutes durante el puente. Besitos.
Muy bueno. Y estoy de acuerdo en que deberiamos hacernos ese tipo de regalos, nada mejor para pasar página.
ResponderEliminarUna mujer valiente tu protagonista; pasar página una decisión muy acertada. Muy bien elaborado Malén
ResponderEliminar¡Muy bien Magda!
ResponderEliminarMalén, me ha gustado especialmente esa palabra "monomanía" es estupenda. Saludos.
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