En la plenitud del verano, un árbol centenario mostraba orgulloso sus hermosas hojas. Entre ellas rivalizaban por lucir el color más verde, por ser la más grande o la que tenía las formas más perfectas. El viejo árbol se sentía admirado por los paseantes, que lo contemplaban y lo veneraban. Pero se acercaba el otoño, las hojas iban perdiendo fuerza. Estaban tristes, angustiadas, ¿cuál de ellas sería la primera en caer al suelo? ¿Quién la siguiente y la siguiente? Ninguna deseaba desprenderse de su rama. Morirían pisoteadas, arrastradas por el viento lejos de su árbol.
El verde intenso perdía fuerza tornando al amarillo, al dorado. Pronto cayó la primera, venía de una rama alta. Todas intentaron detenerla, pero fue imposible. Una tras otra, día tras día, todas cayeron a los pies del viejo centenario. Ahora tímido, desarropado, indiferente a las miradas, sentía cómo se cerraba otro anillo en su interior y otro ciclo de su vida.
AUTUM
La vida y la muerte de unas hermosas hojas, es parte de un ciclo. Una historia muy bonita que se lee con fluidez. Suerte Autum
ResponderEliminarMuy bonito y clorista relato. Me gusta cómo has cerrado el final, en torno a los círculos del tronco.Muy original.¡Suerte!
ResponderEliminarMe ha gustado mucho. Suerte!!!
ResponderEliminarMuy chulo y plástico.
ResponderEliminarel paso del tiempo y la belleza efímera, me ha gustado.
ResponderEliminarMuy bonito, comparto las opiniones anteriores!!
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