Escribía junto a la ventana, durante horas y horas. La luz natural disipaba su sempiterna tristeza y le indicaba cuándo era el final de su jornada. Reinventaba viejas historias de amor que encandilaban
a sus lectores. Siempre novelas románticas que vivía con sus
protagonistas. Ficción que ella, herida y sola, nunca se hubiera atrevido a realizar.
Así es, a veces, la vida de una escritora. Buen micro,Malén.
ResponderEliminarUna vida de la que echar mano cuando la real no nos muestra su mejor cara, somos afortunados de tener esa opción.
ResponderEliminarBuen micro. ;)
La escritura es sí misma forma de vida que envuelve otras vidas pequeñas o muy grandes. Muy bonito Malén.
ResponderEliminarLo mismo digo, Maga, buen micro.
ResponderEliminarElla vívía el amor en sus novelas. Me gusta. Corto pero que dice mucho.
ResponderEliminarUna gran historia contada en pocas palabras Malén
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