Era su letra. Elegante, ágil, de rasgos decididos y atractivos. Me quedé un momento mirando mi nombre, parecía un nombre importante visto así, dibujado con sus trazos.
Finalmente tomé la nota y la leí.
-¿Para qué seguir regando una flor seca?
-¿Para qué continuar representando una escena carente de sentido?
Me quería, pero con un amor de esos que no sirven para convivir como pareja y hacer que el otro vibre.
Y su letra elegante, delicada y ágil como ella, se desdibujó con el agua de las lágrimas que, sin permiso, resbalaron de mi rostro a su nota.
Jo, este es triste. Pero me encanta, como todos tus micros, Yolanda, que en nada eres capaz de contarlo todo.
ResponderEliminarMuy plástico y poético. Me gusta mucho.
ResponderEliminarMuy bello, Yolanda. Ya sé lo que vas a decirme pero ¿que tal si añades una coma? " lágrimas que, sin permiso, resbalaron de mi rostro a su nota."
ResponderEliminarTambién me ha parecido muy bonito tu relato, Yolanda, triste pero bonito.
ResponderEliminarCreo que se te ha escapado la tilde en "Me quedé..."
Un abrazo.
Gracias. Amparo la tilde lapsus, y despiste. Corregido.
ResponderEliminarLucrecia, gracias, la coma es por torpeza.
Nos leemos. ;)
Precioso!!
ResponderEliminarTienes el Don de los micros Yolanda. Muy bonito
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