jueves, 18 de octubre de 2012

EL SECRETO

La grotesca expresión de malignidad que deformaba su rostro era inequívoca...

Irene dejaba el lápiz sobre la mesa para leer el último párrafo. Su mayor pasión era escribir historias; plasmarlas en papel con su propia letra y un ápice de talento, le hacía sentirse bien consigo misma.

Tenía varios manuscritos guardados que escribió a escondidas de su padre. Recuerda cuando la sorprendió y tras prohibirle a que siguiera realizando tales prácticas, quemó todo los escritos que encontró. Llevaba poco tiempo casada y no sabía si Manuel pensaba de la misma manera. Seguía componiendo sus historias a escondidas, pero Manuel sabía de su secreto y quería ser cómplice de ellas.

Manuel llegaba  a casa y le ofreció a Irene una sonrisa que servia de remedio para aquellos corazones que estaban oprimidos, le entregaba un regalo y ella se sorprendió por el detalle y sorprendida se quedó al ver un hermoso juego de pluma y bolígrafo con una nota que decía: Cualquier momento del día es bueno para transcribir tus historias y que esta pluma o bolígrafo te ayude a cumplir tus deseos.



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