Esa mujer que escribe delante de
la ventana soy yo. Me estoy observando. Trato de adivinar a dónde me lleva la
vida que he elegido. Me paso las tardes sola, en ese cuarto, llenando cuadernos
y cuadernos de un diálogo con un solo interlocutor vivo; el otro es mi cuaderno
que asiste pasivo posibilitando que desgrane frases con o sin sentido en sus
blancas páginas. ¿Qué pretendo? ¿Matar el tiempo? Como si no fuera él el que
nos mata a nosotros. ¿Acaso busco la gloria? ¿Escribir lo que nadie ha escrito
todavía? ¿La fama? ¿El dinero? No, no lo creo. Es solo que adoro la soledad de
mi casa y el silencio de mi cuarto, el olor del papel intacto y el ver como
surgen las palabras de mi pluma y ocupan el espacio a ellas destinado; es que
me siento una diosa cuando me olvido de todo y me concentro con pasión en este
juego cada tarde…
Muy bonito Lu.
ResponderEliminarPrecioso pensamiento que plasma el sentimiento y el placer que se siente al escribir en soledad.
ResponderEliminarGracias a las dos. Nos quedamos soolaass... Espero que no, solo es una racha. Abrazos.
ResponderEliminarHas definido muy bien lo que supone esta practica para quienes no vamos a obtener otra cosa de ella, yo creo que en esos momentos que nos curan y salvan de tantas cosas, que nos enriquecen y nos hacen crecer, está el premio.
ResponderEliminarAbrazos.
La vida misma Lu. Pensamiento muy compartido.
ResponderEliminarCreo que has conseguido que nos identificamos con tus pensamientos. Hace mucho que yo no lo hago, pero pronto, espero, estaré dispuesta de nuevo. Besos!!
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con las compañeras Lu. Es un momento muy tuyo. Muy bien explicado
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