Carla sostenía la pancarta. Estaba orgullosa de sí misma, pero a la vez un miedo desconocido corría por sus venas. Se sentía inquieta entre tanta multitud. Pronto respiró aliviada al ver llegar a su compañero.
- Creí que no ibas a venir. Anda, sujeta esto un momento que me pueda fumar un cigarrillo.
Le cedió a su compañero Gregorio la pancarta, que parecía convertirse por minutos en una hoz. Aún no había terminado de dar la última calada al cigarrillo, cuando Carla observó, atónita, cómo dos policías empujaban a Gregorio contra una papelera y le golpeaban en la espalda.
- ¡ Corre, corre…!- Gritó Gregorio.
Carla aligeró el paso, pero comprendió que dejar tirado a un camarada era un acto de cobardía. Se acercó hasta Gregorio para intentar quitarle de encima a los dos monstruos azules. Agarró por la espalda a uno de ellos y éste se giró bruscamente.
El rostro de carla se trasmudó cuando oyó la voz que salía de aquella bestia con forma de hombre.
- ¿ Qué coño haces aquí Carla? ¡ Corre, vete para casa! - Dijo una voz azul.
Horas más tarde, Carla y su familia comían en su típica armonía de cristal. Ella con los ojos puestos en la sopa de letras y formando la palabra decepción y su hermano Juan, el ogro azul, con la boca llena y el alma vacía.
Gertrud, es una historia agridulce muy hermosa. Me ha encandilado. Tienes que revisar los acentos y alguna que otra coma.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Ah, y otra cosa, trata en la medida de lo posible de alejarte de las frases hechas como "corría por sus venas". ¿Vale?
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy buena historia Gertrud, me ha encantado.
ResponderEliminarUna buena historia, sí señor. Y muy bien narrada, con giro final incluido.
ResponderEliminarVeo que ya has corregido algunas tildes, Gertrud.¡Muy bien! A "ésto" quítasela, no se acentúa.
ResponderEliminar- ¡ Corre, corre…! Gritó Gregorio. Esta frase así:
-¡Corre, corre...! -gritó Gregorio.
Por último, ¿qué tal si sustituyes alguno de los tres "monstruos" por "gorilas" o algún término similar? Para que no se repita esa palabra tres veces en un espacio tan corto.
Ha quedado muy bien, Gertrud. Tiene mucha fuerza.
Esta igual que la anterior. Separas con un espacio, colocas un guión y pegas sin espacio y en minúscula la siguiente palabra.
ResponderEliminarAsí:
-¿Qué coño haces aquí Carla? ¡ Corre, vete para casa! -dijo el monstruo azul.
gracias Geli, me cuesta mucho aprender esto de la ortografía ojala estuvieras cerquica para tomarnos un cafe y ayudarme con las reglas básicas que no se me quedan ufff.un besico compañera.
ResponderEliminar¡Qué maja! Aunque no lo creas estoy cerquita... de todos vosotros. Cada día más.
EliminarNo eres la única que los acentos se atragantan Gertrud. Un final sorprendente, muy bueno
ResponderEliminarMuy especial, qué final!! Me ha gustado y sorprendido!!
ResponderEliminarMuy bueno, Marige, y qué verdad que nos enfrentamos en nuestra propia casa con ideas contrarias a las nuestras. Felicidades.
ResponderEliminarGenial Tula, me encanta tu relato, tienes mucho que dar.
ResponderEliminarHola Marige, me gusta el relato pero creo que en todas las cosas hay que escuchar a las dos partes y, dentro de esos trajes de policía hay chavales jóvenes que hace dos días eran los estudiantes de hoy, no todos merecen los calificativos que de modo indiscriminado se les están adjudicando, otra cosa son los políticos. Un abrazo.
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