martes, 21 de febrero de 2012

PESADILLA EN COLON STREET (IV PARTE). Por Basilio Bulgaróctono.

 
- Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.
- ¡Señor, suelte al soldado Ryan, señor!. ¡No me obligue a disparar, señor!.
- ¿Teniente... teniente? Quiero hablar con el teniente John Rambo... Dígale que la situación es desesperada, tenemos a un loco que tiene inmovilizado al soldado James Francis Ryan... ¡Sí señora, lo que usted diga, señora: que esperemos al teniente!... ¡No, señora, la revuelta no está controlada y los estudiantes se han hecho fuertes en el recinto del Lewis Vaives!... ¡Yo diría que ese monstruo está al servicio de los manifestantes!... ¡Pero dígale al teniente que como no se dé prisa no va a hacer falta que mueva su gordo culo de oficial!...
- Hijo, usted no se preocupe por mi culo, sólo de apuntar con su arma al maldito bastardo que amenaza a su compañero... el resto déjelo de mi cuenta.
- ¡Señor, sí, señor!. ¡Lo que usted ordene, señor!. ¡Lamento haberme referido a sus nalgas, señor!
- ¡Soldado, usted es un marine de los gloriosos estados unidos de América (del norte), no utilice palabras de mariquitas!. ¡Déjeme su megáfono!. ¡¡¡A VER, PAYASO DE PELO BLANCO, ¿POR QUÉ NO DEJAS AL MUCHACHO Y TE ENFRENTAS CON ALGUIEN DE TU MISMO TAMAÑO?!!!
...
- ¡Dios mío, ha sido un infierno, no siento las piernas![1]. ¡No es humano, no es humano!
- ¡Teniente, Teniente... No se muera, usted es imprescindible!
- (Cof, cof) No hijo... (cof, cof) soy prescindible (cof, cof)... dígale a mi esposa... (cof, cof) y a mis hijos... (cof, cof) que los quiero... y que luché hasta el final (cof, cof) por la bandera de las 13 barras y las 50 estrellas...
- ¿Teniente, Teniente?... ¡Dios, siempre te llevas a los mejores!... ¿Por qué no me llevas a mí?
- Eso tiene fácil solución chico: Yo... he visto cosas que vosotros no creeríais: Naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. Todos esos momentos se perderán... en el tiempo... como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir.



[1] La frase “no siento las piernas” nunca se ha dicho en “Acorralado”. Lo que se dice en realidad es “No le encuentro las piernas” referido a un compañero al que una bomba lo destroza de cintura para abajo.

2 comentarios:

  1. ¡Qué manera de cruzar películas en un mismo relato! Y no contento con eso, las has conectado con las cargas policiales contra los estudiantes en el Luis Vives (Lewis Vaives) de estos días.
    El ritmo de los diálogos es trepidante.
    ¡Excelente relato, Eu! Se te echaba de menos.

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  2. Me ha encantado la aclaración de la famosa frase de Acorralado, gracias. Mi opinión es una continuación de la anterior. El encadenamiento de los diálogos de diferentes pelis, mezclándolos con los sucesos del Luis Vives. Siempre dicen que la realidad supera a la ficción. Esto mismo he pensado esta mañana al pasar por el Instituto L.V. Me ha gustado mucho, Eu.

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