Prometió que sería la última vez, la habitación 207 empezaba a ser demasiado cotidiana. Faltaban cinco minutos para que llegase Irina. El escenario estaba preparado, no faltaba detalle alguno: las velas encendidas color magenta, las toallas precalentadas y perfumadas, el jacuzzi con espuma compacta y sal de Himalaya. El último disco de Hurst sonaba en el estéreo.
Esta era su tercera cita, hoy no olvidaría quitarse el anillo de boda y meterlo en el bolsillo de la americana. Hoy se lo diría.
Irina era preciosa, delicada flor del Este. Sabía escucharle y le entendía como ninguna mujer lo había hecho. Su sonrisa iluminaba la oscuridad de cualquier habitación de hotel, su carcajada, cuando ocurría, era como el despertar de un glaciar dormido. En la cama era simplemente una diosa.
Llamaron a la puerta, allí estaba Irina.
- Buenas tardes preciosa.
- Hola. A estas alturas ya deberías saber que quiero ver el dinero encima de la mesilla. No hace falta que te recuerde las normas: si yo no te beso, tu no me besas. No me gustan las velas, me hacen toser. Quita esa música tan rara y empecemos que sólo me has contratado para una hora.
Yo hablaría con las monjas de Amparo, y revisaría las comas...jejejeje.
ResponderEliminarMe gusta el giro que toma el relato al final. Nada es lo que parece. Me ha recordado la película Familia de Fernando León de Aranoa.
¡Enhorabuena!
Mójate Julieta y enséñame el complicado arte de colocar las comas.
EliminarPues supongo que Geli se referirá al tercer párrafo donde dices "Irina era preciosa, delicada flor del Este." Suena un poco raro. Mira a ver si..."Irina era preciosa,delicada como una flor del Este."
EliminarCrudo relato, Fernando. Opino como Marco.
Geli, para hablar con las monjitas las tendremos que invocar, me parece. jeje..¡Uy, pobres, no me enseñaron tan mal, además sólo pegaba una(monjita, se entiende.
EliminarPero es que mi Irina es de Ukrania, por eso es una delicada flor del Este de Europa.
EliminarMuy bien Fernando, me ha encantado el aire de todo el relato y sobremanera, el final.
ResponderEliminarDos historias distintas en una misma habitación, buen relato.
ResponderEliminarUfff, triste Fernando, estar enamorado de una mujer que te da amor a cambio de un puñado de dinero debe de ser muy, muy triste... Pero en fin, en esta vida pasa de todo. Bonito nombre el de la protagonista. Gracias compi.
ResponderEliminarDesolador y, a pesar de todo, tan bien narrado que es hermoso. Enhorabuena compañero!!!
ResponderEliminarNunca dejará de sorprenderme la capacidad humana para cometer errores.
ResponderEliminarla frialdad de las palabras dulces de Iriana me trasmiten un sentimiento de resentimiento como si verdaderamente ella es la enamorada, en fin Fernando a mi me encanta este relato ya sabes que todo lo relacionado con el amor me gusta, es que me gusta mucho el rosa, por eso pienso que en la relación que narras hay mucho amor ( entre los personajes). un beso de jueves lluvioso y frio.
ResponderEliminarPuede que Irina esté resentida y reaccione así, es un buen y optimista punto de vista Marige.
EliminarMuy buen texto. Gélido como estos días. Para lo de las comas, exclamaciones, dos puntos y demás... en cualquier página te explican su uso.
ResponderEliminarPrferiría conocerlo de tu boca y verbo.
EliminarLa coma
EliminarNo hay unas reglas exactas para el uso de la coma; pero sí unas normas generales que se detallan a continuación.
Se usa coma:
Para aislar los vocativos que van en medio de las oraciones.
Ej.: Luchad, soldados, hasta vencer.
Para separar las palabras de una enumeración.
Ej.: Las riqueza, los honores, los placeres, la gloria, pasan como el humo.
Antonio, José y Pedro.
Para separar oraciones muy breves pero con sentido completo.
Llegué, vi, vencí. Acude, corre, vuela.
Para separar del resto de la oración una aclaración o explicación.
La verdad, escribe un político, se ha de ?sustentar con razones.
Los vientos, que son muy fuertes en aquella zona, impedían la navegación.
Para separar de la oración expresiones como: esto es, es decir, en fin, por último, por consiguiente...
Ej.: Por último, todos nos fuimos a casa.
Para indicar que se ha omitido un verbo.
Ej.: Unos hablan de política; otros, de negocios.
Perro ladrador, poco mordedor.
Cuando se invierte el orden lógico de los complementos en la oración.
Ej.: Con esta nevada, no llegaremos nunca.
Muchas gracias profe.
EliminarNos has sumergido en un ambiente sórdido con una buena estrategia. A mí el escenario me ha hecho olvidarme de las comas. Leídos los comentarios, lo releo y no veo falta alguna, a lo mejor estoy todavía enganchada al perfume de las velas y al abismo que hay entre los sentimientos de los protagonistas.
ResponderEliminarBravo, una historia ambigua. Genial, como siempre.
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