
Toda la vida con la etiqueta de solterón a cuestas. Sobre los motivos, han dicho de todo: que si me gustan los hombres, que si sufrí un desengaño del que no me recuperé, hasta que me he quedado solo por "poner el listón muy alto". En esto último quizá tengan razón. La busqué en todas las mujeres que conocí. Unas tenían un brillo semejante en la piel, otras se movían de forma parecida, algunas irradiaban en sus miradas cierto encanto y calidez... Pero ninguna de cuantas conocí, tenía -como ella- todo.
Una gran suerte poseerlo todo!!
ResponderEliminarSí, si nos fijáramos sólo en ella, perderíamos nuestra autoestima. Siempre tan menuda y delgada...todo le sentaba bien. No la conocimos en persona pero transmitía bondad e ingenuidad. Buen micro Yolanda.
ResponderEliminarBravo Yolanda, comparto lo ya dicho. Audrey era única...en todo.
ResponderEliminarAmor platónico. Bonito relato Yolanda.
ResponderEliminarHola, Yolanda. Creo que, al final, las comas y los guiones despistan un poco.
ResponderEliminarMe gusta, tú ya lo sabes, la brevedad con la que resuelves las historias. Y mucho más resumir en ocho líneas toda una vida. Enhorabuena.
Las comas! Creo que voy a escribir sin poner ni una, o me sobran o me faltan, son mis más agerridas enemigas..., alguien me dijo que en una de sus obras Cela prescindió totalmente de ellas. Pero claro, era CELA.
EliminarGracias a todos por vuestros amables e instructivos comentarios.
Bravo Yolanda, verdaderamente Audrey tenía algo especial,, aparte de todas las cualidades que poseía para ser una diosa del cine, la camara la quería.
ResponderEliminarBello micro, Yolanda.
ResponderEliminarTe he robado una coma. Perdón, me hacía falta para mi relato.
ResponderEliminarJajaja, gracias Lucrecia!
EliminarMuy buen micro, Yolanda. Me ha encantado la frase final, muy buena.
ResponderEliminarVaya, el ejercicio del monólogo interior caló profundo, ...jajajaja. ¡Bien hecho, Yolanda.
ResponderEliminarTe has metido en mi cabeza para coger mi idea para el relato de esta semana, ahora tendré que redireccionarlo. Muy bueno Yolanda, tu sencillez es admirable.
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