Siento cómo poco a poco se van
desvaneciendo mis recuerdos. Percibo claramente los pasos lentos de mi mente sobre
la angustiosa senda del olvido, al final de la cual me espera con los brazos
abiertos la nada absoluta. Ayer decidí no tomar más pastillas, no permitir
que la maldita química impida a la naturaleza resolver mi destino. Porque he
entendido que a veces ignorar lo vivido puede ayudarnos a morir en paz.
Deseamos morir viejos, pero es inevitable que el paso del tiempo nos merme los sentidos y las enfermedades se apoderen de nosotros, pero es de justicia tener la oportunidad de decidir nuestro futuro. En pocas palabras plasmaste toda una historia Rafa.
ResponderEliminarGracias, Fina. Creo que entendiste a la perfección el sentido del relato.
ResponderEliminarUna decisión difícil de tomar, desde luego. Excelente micro, Rafa!
ResponderEliminarGracias, Amparo. Eres un sol.
ResponderEliminarCon pocas palabras, pensamientos profundos!!
ResponderEliminarCon pocas palabras, pensamientos profundos!!
ResponderEliminarGracias, Malén.
EliminarMuy bueno Rafa, le dotaste de dignidad y reposado coraje. Abrazos.
ResponderEliminarGracias, Asun (aquí ya no te llamo paisana, que hay muchxs). Un abrazo.
EliminarGracias, Asun (aquí ya no te llamo paisana, que hay muchxs). Un abrazo.
EliminarDignidad es la palabra que me viene. No vivir una prórroga de agonía, melancolía y desesperanza. A veces pienso que sería muy lindo que nuestras vidas terminaran con una música de orquesta y un gran de The End cuando todo lo que tuvieramos que dar o recibir ya hubiera sido dado o recibido. Un abrazo
ResponderEliminarOjalá David, nuestro final fuera de película. Con música e incluso créditos (participaron en esta vida: .........). Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
EliminarExcelente, Rafa, como siempre.
ResponderEliminarGracias, Lu. Ahora te toca a ti.
EliminarEs, quizás, lo que todos deseamos: morir dignamente y en paz con uno mismo... Pero no en soledad. No, por favor.
ResponderEliminarUn abrazo Rafa
Toda la razón, Reca. Un abrazo.
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