Pol Úbeda Hervás
Se descalzó y la sombra ocupó su lugar, realizando todo lo que él había soñado y no osaba hacer realidad.
Las mujeres de V.E., atónitas al observar aquello, se quitaron los zapatos
y se lanzaron todas juntas a la piscina.
Desconocían que desde aquel día sus mentes navegarían por los procelosos mares de la fantasía; donde absolutamente todo es posible.
Jamás quisieron recuperar sus calzados.
Pero que emocionante!!! Se me ha puesto la carne de gallina...
ResponderEliminarTodo es posible...
Un abrazo
Jaja, ¡Qué bonito, Maga!
ResponderEliminarEso es lo que tenemos que hacer: lanzarnos a la piscina pero ¡ya! Muy bonito, Maga, gracias.
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