En un día como hoy, el de la lotería, pero de 2012, hace exactamente
diez años, cayó el premio gordo en el pueblo donde yo vivo, cerca de Zamora. Por
la televisión retransmitieron en directo a los
agraciados en la puerta del bar que había repartido el premio, brindando con
cava locos de alegría. También a un hombre en su casa, esto me extrañó, me fijé
y reconocí inmediatamente al que fue mi vecino, un hombre asqueroso que
afortunadamente ya no vivía en el edificio. Le habían tocado 400 mil euros y él
decía a la cámara ‘como yo soy viudo y tengo tres hijos que no quieren saber
nada de mí…’. En aquel momento pasaron por mi mente imágenes de la vida de esa
familia cuando él llegaba borracho y les pegaba a todos. No dejaba salir a la mujer
y a las hijas a la calle, nunca se las veía. Al hijo lo llevaba a trabajar con
16 años para que se hiciese un hombre, de madrugada le obligaba a levantarse
para ir a cargar materiales de construcción. Me despertaban las voces e
insultos que ese hombre le daba, gandul, vago, imbécil… La mujer le pedía a mi
hija que le trajera la compra de la tienda, y nosotros sabíamos que el dinero
procedía de lo que ganaba el muchacho. La pobre mujer murió de una dura y larga
enfermedad que él le transmitió, pero yo creo que el tipo se había largado de
casa antes de que ella falleciera.
El hijo siguió trabajando y sacó adelante a la familia.
Ahora el chico tendrá unos 26 años.
Decía la gente que el chico, al ver a su padre por
televisión, fue a buscarlo y le dijo que volviera a casa, que lo iba a cuidar
porque por su mala vida estaba conectado al oxígeno 8 horas al día. Todo el
mundo pensó que lo hacía por el dinero, pero que al fin y al cabo ese hombre ya
no podía vivir solo más tiempo.
Recuerdo que al poco tiempo se trasladaron al extranjero, a Cuba,
me parece recordar que dijeron en la tienda, porque aquí el clima era muy frío
para él. Yo vi cómo bajaban la botella de oxígeno y la cama articulada. Nos
quedamos descansando porque ese hombre aún continuaba insultando a sus hijas
diciéndoles que parecían putas por la ropa que llevaban y cosas por el estilo.
Hoy ha aparecido entre dos tabiques de la vivienda contigua
a la mía, al hacer una remodelación, un cadáver dentro de una bolsa de
plástico. La policía no tiene pistas de quién puede ser, pero no voy a ser yo
quien se las dé.
¡Bravo! Eulalia. Tú calladita que estás muy guapa.
ResponderEliminarMuy bien Eulalia!! Vaya imaginación...
ResponderEliminarNo, mejor boca cerrada, haces muy bien y mucho mejor contándonoslo!!
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