A la muerte de su padre, el
heredero abdicó de la Corona y rindió su trono a una nueva República,
promoviendo la redacción de otra Constitución, moderna, justa y democrática,
que nacería del pueblo y para el pueblo y no de unos charlatanes tramposos y
despreciables para provecho de los de su ralea. Algunos ciudadanos tildaron al
sucesor de indigno, pusilánime, traidor... Pero otros, la inmensa mayoría, le
consagraron como un héroe.
Lo que nadie llegó a saber nunca es
que, con esta decisión, el Príncipe cumplía el juramento que años atrás le
arrancó una plebeya a cambio de la aceptación de su propuesta matrimonial.
Ahora
cierra los ojos e imagina que lo que acabas de leer no es un cuento. ¿Lo ves?
Me debes una sonrisa.
Ja, ja, ojalá fuera cierto. Es un cuento de hadas. Gracias por la sonrisa.
ResponderEliminarCierto Rafa: has conseguido dibujarme una sonrisa. Imagino que este micro debería ir a la sección de ciencia ficción, jajaja. Un abrazo.
ResponderEliminarUn "micro-ficción" muy actual. Yo también he imaginado algo así... Pero siempre acabo pensando que sólo es un sueño. Ojalá los sueños se pudieran hacer realidad. Bien contado, Rafa.
ResponderEliminarMuy paradójico e intencionado. Me gusta mucho Rafa.
ResponderEliminarMuy bueno, Rafa. Ciertamente hay que tener mucha valentía para tal decisión.
ResponderEliminarGracias, a ver si se hace realidad tu cuento!! No sé creo que si lo revisas hay algo raro, me parece que te falta un "como" en la frase. "Lo consagraron como un héroe..." Gracias por la sonrisa.
ResponderEliminarTienes razón, Malén. Gracias
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