Ya se lo decía a mi padre cuando, de niño, ahogaba hormigas en un barreño: “Están por todas partes, ¿es que no las ves?”.
“No pasa nada, mi vida”, me consolaba mi madre, de madrugada, al oír mis llantos. “¡Quítamelos!”, le rogaba.
Día tras día, cucarachas, moscas y otros insectos fueron cubriendo por entero las paredes de mi casa; luego, la calle. A cada paso le seguía el irritante crujido al pisarlos, pero nadie hacía nada.
No comprendí por qué hasta el día en el que vi chinches recorriendo la cara de mis padres; en hileras que nacían en los agujeros de su nariz y llegaban hasta sus oídos. Tiempo después, no hubo rostro en el vecindario libre de insectos.
Hoy he visto abejorros en la cara de las personas que salen en televisión. Al final, esos bichos, han conseguido controlarlos a todos.
Menos a mí.
Ignoro cómo, pero los sacaré de cada ser humano.
Aunque sé que no bastará con un barreño de agua.
Gran texto metafórico, David. Ojalá pudiésemos deshacernos de todos esos "bichos", que instalados en la sociedad corroen nuestras almas.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Pero siempre desde el cariño! como diría el presi del Madrid. Por cierto mañana tenemos clásico Rafa. Como creo que eres culé (me pareció leértelo alguna vez) por un día no tendremos intereses comunes. Si lo sé, ¡Soy todo un bicho raro! ¡Un merengue de Barcelona,
ResponderEliminarAbrazos
Un gran texto David, evocador y surrealista, que forma imágenes en la mente. Un abrazo.
ResponderEliminarUn abrazo Asun ¡espero que te desaparezcan pronto esas imágenes!
EliminarBichos! Por todas partes. Yo también los veo y no sé cómo cargármelos ! Tendremos que aunar fuerzas e imaginación. Avísame cuando sepas la solución. Muy buen texto, David.
ResponderEliminarEn si la solución es sencilla: ¡Buscar un superbarreño de agua! Un abrazo Amparo
ResponderEliminar...Los hay de todos los colores, formas y olores. Con antenas y hasta orejones. Habrá que probar con lejía o algo así, por que con vinagre tampoco hay forma (lo llevan dentro).
ResponderEliminarUn abrazo David