Mi queridísimo Jonasz:
Hermano mío del alma, sentí una
alegría infinita al enterarme que después de esta trágica guerra sigues vivo. Si
he de ser sincera, en la familia habíamos perdido la esperanza de volverte a
ver. Y aunque ahora estés preso de los rusos, sabemos que el momento de nuestro
reencuentro se acerca. Cada minuto rezamos para que vuestros carceleros os
traten bien, os mantengan sanos y, sobre cualquier cosa, que os liberen pronto.
Varios meses después de que abandonases
Varsovia para incorporarte al ejército clandestino polaco conseguimos huir al
norte, no sin padecer grandes calamidades. Los Pawlak, unos amigos del tío
Janek, nos acogieron y ocultaron en su granja durante dos interminables años.
Hemos trabado amistad con unos
ancianos a los que les han dicho que su hijo reside en el mismo campo que tú,
su nombre es Milek Kowalski. Si lo conoces, pídele que les escriba o busque a
alguien que lo haga, su padre está muy enfermo y recibir noticias suyas mitigaría
el gran sufrimiento al que está sometido.
Te envío una foto que me hicieron la
pasada primavera cerca de la granja Pawlak.
Recibe un amoroso abrazo de tu
hermana
Rasia
Está tan bien narrada que parece real. Me da igual repetirme pero ¡Malditas guerras y malditos los que nos engañan para empezarlas! Un abrazo
ResponderEliminarGracias David. Y apoyo al 100 por 100 tu maldición. Podridos políticos. Un abrazo.
EliminarMe ha gustado, Rafa. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Lu, cuando te relajes un poco laboralmente hablando, regálanos algún texto.
EliminarUn abrazo.
Al igual que el fondo en el retrato de la mujer, actúa como trampantojo de las ruinas, con tu carta nos muestras que el amor por los seres queridos mitiga el dolor de la guerra. Es un gran relato, sencillo y emotivo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias, Asun. Feliz de que te gustara.
EliminarUn abrazo
Rafa, genio, da igual el genero que te pongan delante... lo bordas. Mi sincera felicitación (siempre lo es) por esta hermosa carta. Un abrazo
ResponderEliminarMuchas gracias, Reca. Amigo, eres demasiado generoso con tus comentarios. Uno (yo) no acaba nunca de aprender y se entretiene escribiendo (¡gracias, telebasura!). Un abrazo y hasta pronto.
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