En ocasiones, el tiempo se acaba. Y lo sabes. Siempre lo has sabido. Quieres que pase rápidamente, para recordar ese instante tan negro, desde mucha distancia, como un mal sueño.
Y quieres dejar de vivirlo.
-“Es difícil decir pero…dos meses, a lo sumo tres. No hemos podido hacer nada”.
Te vuelves a tu rincón de la sala de espera. Los ojos te hierven y a tu alrededor todo ha perdido forma y color.
Una punta de navaja te acaba de atravesar el alma y no puedes concebir continuar la vida sin él.
Para tu herida, tampoco hay remedio.
He sentido el acero de esa navaja. Conmovedor, Asun. Felicidades.
ResponderEliminarTriste y desgraciadamente muy real. Me gusta cómo has descrito un momento tan duro con pocas palabras. Enhorabuena.
ResponderEliminarJOlín, me has dejado sin palabras, estremecedor, breve y buenísimo. A veces, con pocas palabras se produce un efecto más impactante.
ResponderEliminarA veces la vida te las pone delante así.Con muy poquitas palabras.Gracias amigas.
ResponderEliminarMe has traído a la memoria recuerdos duros, pero el tiempo es así. Enhorabuena Asunción
ResponderEliminarBreve pero conmovedor. Los pelos de punta se me pusieron. Muy bueno Asunción
ResponderEliminarMenos mal que ha sido breve. Muy bien Asunción.
ResponderEliminarEs dificil tratar ciertos temas... pero este relato tiene la fuerza necesaria. Enorme, Asunción.
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