De vuelta en la ciudad, Leocadia trazó un plan que le daría un giro a su destino. Sabía de la imposibilidad de tener una conversación cara a cara con los jerifaltes que con solo mover un dedo cambiarían su posición en el gran tablero de ajedrez de profesores de la Comunidad. No tuvo más remedio que recurrir de nuevo a su ingenio. El lunes a primera hora se puso a hacer guardia en la puerta de la Secretaría Provincial de Educación. Estuvo anotando en un cuaderno las entradas y salidas de los más altos responsables. Eligió intuitivamente un blanco: un hombre joven con el cargo recién estrenado; se dedicó a seguir sus pasos y a indagar detalles sobre su vida. Pronto lo tuvo en sus manos. Le envió una carta que contenía unas fotos comprometedoras con una joven de pelo largo y lacio del color del azabache y unos increíbles ojazos azules. Iban acompañadas de una nota escueta:
A tu encantadora esposa le gustaría ver estas preciosas fotos (te felicito, tienes un gusto exquisito para elegir a tus secretarias). Si quieres evitarlo, llama al 696 43 83 13.
En 48 horas, Leocadia entraba por la puerta de un flamante Instituto a escasos 15 minutos de su casa.
Caray con Leocadia, desde que encontró valor para salir del encierro veraniego, esta que no para. Me encantan sus andanzas. Enhorabuena.
ResponderEliminarOjalá fuera todo tan fácil. Me alegro por Leocadia le era vital. Por cierto con este fondo arbolado apenas se puede leer nada. A ver qué hacemos.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Como ves, Malén, tus deseos son órdenes...
ResponderEliminarMe encantan las historias de Leocadia, bravo lucrecia.
ResponderEliminarLeocadia detective chantagista ...,cuidado, cuidado, que te van a pillar.
ResponderEliminarLeocadia haciendo de las suyas, jajaja. Muy bueno Lucrecia. La falta de escrúpulos de Leocadia la emparenta con los grandes de la novela negra. Muy bueno, de verdad.
ResponderEliminarPienso que Leocadia debería pasar de la ficción a la acción.
ResponderEliminarEstoy segura que volvermos a ver a Leocadia. Me intriga lo que le ocurrirá. Muy bueno Lucrecia
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