-“Versátil…” dijo ella.
-“Y ya está? pregunté.
-“Sí”.
Este fue el final de la conversación. Sin consultar.
Sin preguntarse ¿nos lo podemos permitir? mi compañera, la luz de mis ojos, había comprado un coche de alta gama engatusada por un petimetre repeinado que le había vendido la burra, nunca mejor dicho, de que se trataba de un coche versátil…
-“Es que para mí la versatilidad es muy importante. Siento que me da alas”.
-“Pero, alma mía, esto no es una bebida energética. Es un coche de muchos ceros”.
-“No te preocupes cielo, sabrás arreglarlo…”
Se atusó la melena y salió por esa puerta.
Y aquí estoy, rebuscando por los cajones, la última cajetilla que compré hace tres años.
Es lo que tiene la convivencia, a veces nos lanza al desenfreno...
ResponderEliminar¡¡¡Mujeres,inventos malignos!!! Que diria D. Paco Rabal.
ResponderEliminarMuy bueno Yolanda
Mejor que deje a su mujer y que se las apañe con la versatilidad, igual le funciona.
ResponderEliminarAsunción, perdón por haberte llamado Yolanda. Ha sido un lapsus. Queria borrar el comentario y volver a escribirlo pero no puedo. Besicos
ResponderEliminarQué grande Asunción, hay que ver lo que llegan a hacer algunas mujeres para que volvamos al vicio.
ResponderEliminarBuenísimo Asunción. Yo ya me hubiera fumado dos cajetillas...
ResponderEliminarGracias compañeros.Sois muy amables.
ResponderEliminarMuy bueno Asunción, eligió mal momento para dejar de fumar y ella ¡qué relajada!....
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