ECLESIASTÉS
El momento oportuno
3:1 Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa
bajo el sol.
3:1 Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa
bajo el sol.
¡Marie! Escucha, quiero decirte algo. ¿Por qué tienes tanta prisa? Ahora no te das cuenta pero cree me, hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa.
Tienes tan solo catorce años, dejaste los estudios porque querías trabajar. Trabajas doce horas diarias en una carnicería, cuando sales a la calle lo haces orgullosa y miras al grupo de niñas de tu edad que están sentadas en un banco de la plaza comentado lo difícil que ha sido el examen de historia. Les sonríes con aires de superioridad porque te sientes bastante más mayor que ellas y piensas en como están malgastando su tiempo.
Llegas a casa y ayudas a mamá dando de comer a tu hermano pequeño, ya sueñas con ser madre, mientras ella prepara la mesa y te dice que ha llamado tu novio (con el que ya llevas saliendo más de un año).
¡Marie! no tengas tanta prisa, todo llega.
Estas palabras y muchas más son las que me diría a mi misma si pudiese retroceder en el tiempo.
Tengo treinta y ocho años, llevo casada quince años con mi novio de toda la vida, mi hijo el mayor ya tiene catorce años pero no trabaja en una carnicería ni tiene novia, él está en el colegio, juega al futbol y sueña con ser mayor. Tengo una familia compuesta de tres hijos, un marido y un pequeño Chihuahua. En todos estos años me he dedicado única y exclusivamente a mi hogar a mi familia. Mi sueño de poder algún día terminar la carrera de ciencias religiosas sigue siendo eso, un sueño.
Mi tiempo corre tan aprisa que casi podría afirmar que a mis días le quitaron cuatro o cinco horas, pero la realidad es: Todo lo que dejé en el camino pensando que lo podría hacer más tarde allí se quedó esperando, viajar, estudiar, leer “El Quijote”, dar la vuelta al mundo en velero, escribir un libro…
Creo que siempre he tenido demasiada prisa y ahora no tengo tiempo.
No sé cuál fue el momento en el que dejé de querer que los años pasasen más rápidos y me encontré anorando mi juventud, o cuál fue el día exacto en el que a mi reloj le robaron las horas... Tu historia podria ser también la mia. Me ha gustado mucho. Muaaa
ResponderEliminarEstoy he acuerdo con Lara, podría ser la historia de muchas mujeres.
ResponderEliminarCarpe diem amiga Marige, nunca el tiempo es perdido si ese tiempo ha sido tuyo.
ResponderEliminarNo siempre eres tú quien corre, a veces es la propia vida que te da tal empujón que tienes que correr a la fuerza. Pero nunca es tarde para realizar los sueños....
ResponderEliminarEstamos inmersos en un mundo de locos. Miles de mujeres se sentirían identificadas con tu relato. ¿Cómo parar el tiempo?
ResponderEliminarMuy bueno Marige, ¡cuántas cosas tienes y qué buenas!, cuídalas y las otras irán llegando. Besos.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con Fina: nunca es tarde para casi nada, así que ya sabes...
ResponderEliminarPues yo también estoy de acuerdo. Cuando vi la película "Ahora o nunca", me hice una lista de las cosas que quería hacer en la vida y en poco tiempo he logrado muchas. Sigo escribiendo en un cuadernillo todos los proyectos que se me ocurren.Funciona.
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