miércoles, 3 de agosto de 2011

UN PASEO POR MAR. Por Saluditero.

Un paseo por mar, un paseo por mar. En qué hora se me ocurriría a mí decir que sí... Y lo de beber hasta emborracharse para compensar el vaivén de las olas... ¡Cómo se han reído de mí estas cabronas! ¡Inocente que es una! Si yo soy de montaña, que hago en una lata de sardinas potando hasta la primera papilla. Y, claro, como estamos en Valencia, a comer paella, ¡Sí, sí, paella, paella, que Domi sabe cocinar muy bien! ¡Pero dónde se ha visto que una paella lleve salchichas de Frankfurt y aceitunas rellenas de pimiento morrón! Es que me está llegando el olor y eso no está ayudando nada a mi estómago. Yo, ahora necesito sólo tres cosas: biodramina –toneladas- jengibre con canela y menta, y silenciooooo. La que tienen que estar montando con los del barco de al lado, debe ser de escándalo porque al camarote ha llegado volando la parte de arriba del bikini de Lidón... (que buen gusto que tiene la cabrona, ahora, que si yo tuviera su dinero también tendría ese buen gusto)  Y esa música, ¿es que no les da vergüenza escuchar esa horterada de música? ¡Si toda su vida han sido de “Joy Division”, “Sisters of Mercy” y “Bauhaus”; de “Depeche Mode” a lo sumo, qué narices hacen escuchando a “Kamela” y a “Melendi”. Por dios, ¿es que es necesario taconear? Por cierto, ¿cómo se puede ir POR un barco con tacones? No, no, mejor todavía: ¿cómo se puede ir A un barco con tacones? Esto va para largo, como si no las conociera... mientras haya bebida y ganas de cachondeo. De lo segundo son como un pozo sin fondo, y de lo primero, también. Ahora, que esto lo corto yo enseguida como que me llamo Precaución Republicano. Subo a cubierta, les vomito encima a un par de ellos y se acabó el rollo, y que me llamen si quieren Cortarrollos Republicano. Pero... ¿a dónde voy yo? Si no puedo ni ir al baño a vomitar, que me han tenido que dejar el cubo de los aperos de pescar... Uffff, si es que esto tampoco ayuda nada, con este olor a almeja muerta. Ay señor, que malita que estoooooooooy, y que poco me quejo...

5 comentarios:

  1. Ay Saluditero que acabo de desayunar, muy gráfico y divertido.

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  2. Muy bueno, Eufrasio. Me suena haber visto esta escena antes pero dónde...

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  3. Aha, por fin he encontrado un texto tuyo para comentar.
    Confirmo lo de que es divertido, bastante loco, diría yo. Me recuerda a una fiesta de ésas en las que no te acuerdas bien de qué pasó, porque todo el mundo está más o menos puesto.
    Ahí, según mi opinión, consigues dar esa impresión, es decir, la del torbellino de una fiesta de verano en un barco. No me queda claro muy bien quién cuenta la historia, si un chico al que han embaucado esas chicas, viejo amigo de ellas, o una lesbiana en las mismas circunstancias, u otra más del grupo.Dejas abierto el tema de que en el pasado tuvieron gustos musicales selectos y de pronto, se han pasado a la cadena Dial (con perdón de a quien le guste), como una parte más de la descripción de la escena, ¿quizás es un fenómeno nuevo? gracias a Dios, a mí no me ha pasado (aún)...saludos

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  4. Saluditerio, fiel a tu estilo has versioneado el camarote de los hermanos Marx, ¿cuántos metros de eslora tiene ese yate?. Hay una "a" huérfana de "h", te incito a encontrarla.

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  5. Gracias, Fernando. Error imperdonable y tremendo a estas alturas de la película.

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