miércoles, 3 de agosto de 2011
LA VELA
Nos ha pillado la lluvia en alta mar. Nos tapamos con las toallas. ¡Te he sentido tan cerca! Hace años que no estábamos tan abrazados. Nos hemos distanciado sin saberlo. Tú ocupado en tu trabajo, en la asociación de vinateros, en la pesca. Yo tampoco te he hecho demasiado caso. Atareada con nuestros hijos, nuestros padres, la señora Engracia, que desde que enviudó, es una más en la familia. Así, por unos o por los otros, nosotros simplemente siguiendo la rutina, la obligación, la necesidad. Eso sí, siempre hemos tenido nuestros cuatro días de velero. En los primeros años era romántico, dejábamos que la vela nos llevara. Sin embargo ahora, es más bien rutina, por no perder la costumbre. De todos modos, agradezco a la lluvia que nos ha regalado este momento.
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Toc,toc,¿se puede?.
ResponderEliminarTan real como la vida misma!!
ResponderEliminarAdelante, Dori. Bienvenida al mundo de la prosa. No lo haces nada mal.
ResponderEliminarBienvenida amiga, muy buen comienzo.
ResponderEliminarEsos sentimientos así descritos sólo los puede escribir una mujer. A veces envidio vuestros ovarios.
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