"Hablas de dinero y en tus labios me resulta grosero. Te
percibo ambicioso. Me entra mal cuerpo y el enfado nubla nuestra vida. Salgo a
la calle, escapando de ti y paseo…”Yo
también trabajo, yo gano dinero” me digo y me repito. De repente, el brillo
inefable de un frasco de perfume me embelesa y entro como una posesa ante esa
promesa de aroma indescriptible.!Qué importa! Me animo y con aires de prestidigitadora,
luzco airosa mi tarjeta de crédito…
Sí, Asun, en los demás queda fatal la ambición, pero como nos gusta todo lo que da el dinero...
ResponderEliminarNos repele la idea pero nos gusta lo bueno.Por cierto, el relato se titulaba "La tragedia".Por si lo quieres cambiar.Es la historia de una amiga mía.Funcionaria de alto rango,casada con un mequetrefe desde que el mundo es mundo.¿Por qué nos cuesta tanto abrir los ojos?
ResponderEliminarCuántas veces la realidad supera la ficción,.....
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