Cantan los cielos en primavera con tonos suaves,
con notas verdes y de cadencia alegre, con algo de rojo y de amarillo y de
blanco y de algodón. Los bosques ya no asustan, las fieras no se esconden, los
mirlos se responden y vibra la pasión. En el dulce río, entre los ligeros
trinos, flota una muchacha de bella sonrisa, un ramo de flores en su mano fría.
Y se deshace, pétalo a pétalo.
Inspirado en ‘Ophelia’ de John
Everett Millais, 1851
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Santiago Herrero
Sólo dos palabras: ¡me encanta!
ResponderEliminarGràcies Macu!
ResponderEliminarMuy bonito
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