Hay una
estación y un tren a punto de partir. En mi sueño el hombre del banderín me
grita que suba, que ya no habrá más trenes hoy.
El timbre del teléfono me saca de mi fantasía.
En un acto reflejo contesto a la llamada.
¡Mierda!
Al otro lado del hilo comienzan a sonar los
primeros acordes de un desafinado “happy birthday to you”
-¡Genial!
Y además en inglés, justo lo que necesitaba para despertarme.
-No reniegues por lo bajo que te conozco. Sal
ahora mismo de la cama y vete a comerte el mundo. No todos los días se cumplen
cincuen……
-¡Ni se
te ocurra decirlo! Por qué narices os empeñáis todos en acordaros de mí cada 25
de septiembre. ¡Coño! Tenéis 364 días
más para llamarme y no precisamente el que más me fastidia.
-Bueno
guapa, por mí que no quede. Felicitada estás, ahora haz con tu día lo que te
venga en gana. !Ah¡ Ya puedes abrir el paquete que te di ayer. Y por cierto a
las diez en el pub de siempre te espera tu segundo regalo. No faltes.
Voy al baño y me miro al espejo detenidamente.
A veces creo que es por puro masoquismo este inventario anual de siniestros.
Veamos, dos arrugas de expresión más, siempre he creído que me expresaba demasiado.
Un descolgamiento imprevisto que amenaza con convertirse en derrumbe y un tono cetrino
de “necesitovacacionesurgentes”. Pero en general no está del todo mal, todavía
queda alguna esperanza.
Con algo más de ánimo vuelvo a la habitación y
abro el regalo. Un libro, “el amante intelectual” (como encontrar al hombre
ideal a partir de los cincuenta). Ya voy viendo por donde puede ir el segundo
regalo. Quizás resulte interesante después de todo. Llevo años buscando a alguien
con quien compartir conversaciones profundas además de cama.
A las diez en punto hago mi entrada triunfal
en el pub. Me he leído dos veces el libro y llevo mi vestido rojo ajustado de
las grandes ocasiones. Nada más entrar le veo en la barra. Alto, moreno, un
cuerpo de escándalo y unos ojos que hipnotizan. Me acerco a él. Me presento.
Tomamos unas copas. Espero un poco antes de hacerle la primera pregunta del
libro.
-¿Qué
opinas de Max Liebermann?
-¿Ese
juega en el Bayern no? Creo que este año le fichamos.
Respuesta incorrecta. Pero me lo dice
mirándome con esos ojos verdes hipnotizadores. Pienso en el hombrecito de la estación,
en el semáforo a punto de ponerse verde y ese tren a punto de partir. Como te estarás
riendo Maite, pero mira que eres perra. Esta noche va por ti amiga.
A mí me gusta pero yo no me veo capacitada para corregir o sugerir o juzgar ,no por nada sino porque no tengo yo conocimientos en lo que es el arte de hacer relatos.
ResponderEliminarEstá bien, pero no sé si reúne los requisitos de una escena, eso los expertos.
ResponderEliminarNo creo que un libro se pueda leer dos veces en un mismo día, a no ser que sea muy escueto y con las claves muy claras, en ese caso sería un best seller (un buen libro y con soluciones exprés...).
ResponderEliminarPor lo demás es correcto, aunque la idea no es muy original.
Me gusta el relato y hay una escena aunque no todo el texto lo sea. Cierta esa imposibilidad de lectura rápida.
ResponderEliminarHay algunas frases geniales, "siempre he creido que me expresaba demasiado". "Este inventario anual de siniestros". Se me escapa un poco la comprensión de algunas cosas. ¿La que la llama felicitándola es su amiga que le ha preparado el regalo de esa noche que es el bombonazo?. ¿O le llama el amante y esa noche le espera? Creo que es la primera opzión, pero no me acaba de quedar claro.
ResponderEliminarMe gusta como está contado, pero la idea es como dice la otra persona es poco original.
qué genial... claro, se le ignora la estupidez... vamos a ver si no es tan estúpido en la cama... aunque hay cada energúmeno!
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