Foto de Gabriel Figueroa
Me llamo Amanda Abril y nunca he entendido a los hombres.
Hubo un tiempo en que fui adicta a las relaciones sentimentales. Necesitaba
enamorarme para sentirme viva y creo que esta peculiaridad de mi carácter me ha
llevado más de una vez al fraude. Llevo en mi maleta todo lo que poseo, un poco
de ropa y un par de libros; y en mi corazón conservo un ramo grande de amores
marchitos: olvidados, unos; cruentos, los menos. Miro al horizonte con
esperanza y algo de miedo. He dado el primer paso de un camino que no sé a
dónde va a conducirme, aunque sé que la muerte es la meta y las letras mi gran
consuelo.
Qué buen texto.
ResponderEliminarGracias, Nelo.
EliminarGran relato ;) Me encanta. Tan profundo en tan pocas líneas.
ResponderEliminarGracias, Esther.
EliminarMuy bueno. Poético con mezcla de amargura y esperanza.
ResponderEliminar¡Ay!!!
EliminarHas elegido buen compañero de viaje. Con pocas palabras basta.
ResponderEliminarBesitos, Lali.
EliminarMuy bonito, me ha encantado!!
ResponderEliminarAbrazos, prima!!!
ResponderEliminarMuy bueno!! Una protagonista muy sabia, toda la verdad la lleva puesta.
ResponderEliminarAbrazos, Maga!!!
ResponderEliminarUn texto magnífico, como bien han dicho los compañeros arriba. Felicidades :)
ResponderEliminarGracias, Kristina.
EliminarMuy emotivo Lu.
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