Me gusta engullir el elixir sagrado;
saliva del beso de afrodita,
líquido vital para el amor y la remembranza.
No me importa si eres morena o rubia,
con curvas o recta como nuestra travesía.
Tu sabor en el crepúsculo se acentúa,
tu cuerpo se tambalea como luz en el mar.
Tu tierno aroma cosquillea mis mejillas
al embriagarme de tu esencia divina.
Dionisio nació, vivió, bebió y murió por ti;
unos te prefieren en la última cena,
yo te prefiero en solitario,
bajo el semblante oscuro de la noche
azucarada con las estrellas.
Tu ligereza o pesadez es lo de menos,
te adentras y me haces perder la poca cordura.
Me encanta cuando te disfrazas;
de media, caguama o lata.
Alejandro Ramos Ayala
Muy bueno, pero dime qué bebida es porque estoy despistada.
ResponderEliminarLa cerveza
EliminarLo sabía pero no me he atrevido a decirlo por si metía la pata. Bienvenido a Valencia Escribe.
EliminarVaya manera de decir, daba la idea que era a una mujer exquisita. Muy bueno.
ResponderEliminarGracias por tu apreciación, amigo. :)
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