No me canso de mirarla.
¡Qué hermosa es Malena!, su cabellera rubia que cae
cual cascada, sus ojos tan claros y celestes, su boca sensual. Siempre
sonriendo.
Siento mi pecho alborotado, me mira y me saca la
lengua, no se qué hacer, está con sus amigas. Ellas se ríen de mi actitud, creo
que me ruboricé y casi me llevo por delante el árbol.
Esa remerita blanca ajustada le queda preciosa, se
mueve y baila con sus amigas, están felices y saltan, la pollerita a cuadros se
levanta y desde aquí veo su ropa interior. ¡Dios!!
¡Qué piel tan blanca y suave!, la puedo imaginar,
acaba de voltear su cabeza y me vio, sabe que la miro, de nuevo me ruboricé,
¡qué tonto!
Mi amigo se ríe también de mí, me he volcado el
chocolate que bebía, voy al baño.
— Che,
te gusta la Malena, es linda.
— Y,
sí, es linda.
— ¿Se
lo vas a decir?
— Y…
no sé.
— Dale,
yo te acompaño.
— ¿Y
qué le digo?
— No
sé, podés invitarla a tu cumple…
— ¡Qué buena idea! Le diré a mamá que invite a toda la salita de cuatro años a mi
cumple, así ella va también.
Felices los galanes siguieron con
su juego.
Muy tierno, también, me encanta!!! Por una vez he puesto algún acento, solo esta vez, mira a ver qué te parecen. Me queda la duda con "podés", ya me dirás, es una palabra aguda y supongo que lleva el acento.
ResponderEliminarGracias amiga, se me pasó. quizás quise poner "puedes".
ResponderEliminarMuy bonito, Luis
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