Le invadía una fuerte enfermedad cada vez que tocaba esos
venenosos labios.
El diagnostico oficial era que padecía una demencia senil de
tipo Alzheimer; un caso de mal neurodegenerativo que actuaba de una forma
peculiar; algunos días olvidaba comer la ensalada verde y se pasaba directo el
corte, otros días olvidaba las llaves del auto, la televisión encendida,
levantar la tapa del baño.
Hoy por primera vez olvidó que estaba casado, también que su
esposa tenía un arma.
Alejandro Ramos Ayala
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