Tras largas horas de trabajo, con
el local vacío, le gustaba sentarse en
la esquina de la barra a fumar un cigarrillo. El último del día. Mientras,
recordaba con nostalgia sus años de esplendor; cuando se sentaba en aquel mismo
lugar con un whisky en la mano y un precioso traje de noche, acompañada del
incauto de turno. Eran otros tiempos.
Me ha encantado.Corto y preciso.
ResponderEliminarMuy bien captado el espíritu de la foto.Me gusta, lo bueno si breve...
ResponderEliminarMuy bueno, Marisa!
ResponderEliminarDe acuerdo con todos!!
ResponderEliminarMuy bien, Marisa!!!
ResponderEliminarGracias a todos.
ResponderEliminar