En honor a nuestros mayores
Cada día, sentado en
el parque te veo
mirando de frente, cara a cara al silencio,
sonriendo a la soledad de tu invierno,
algo que no comprendo ni entiendo.
Tú, mi viejo y anciano amigo me explicas:
"Es bonito sentir muy dentro la vida,
los años que te dan su calor y sabiduría,
viéndola pasar cada mañana por fuera,
veo a los jóvenes tener miedo a perderla.
Sin embargo, yo la siento crecer dentro,
día a día, cada vez con más fuerza".
Mi viejo, sabio y anciano amigo
que por amor la vida has dado,
libremente sin que nadie te lo pida
como dueño que eres de la misma.
Ahora te llaman viejo y cansado
ésos que criaste con tus manos,
esos mismos por los que tanto diste
a los que nada pediste y nada recibiste.
Cada día te veo sentado en el parque,
con la mirada hacía ninguna parte,
con la sonrisa limpia como de un niño,
con la verdad del que ama por ser.
Con la sencillez...
del que besa sin egoismo ni falso interés,
con la libertad, la fuerza y la bondad
del que todo lo da por sentirlo de verdad.
Me atrae tu forma de bien amar,
ese rostro lleno de surcos
fruto del esfuerzo diario y continuo,
esa mirada limpia y clara de niño
que se clava directa y sin prejuicio,
esas manos arrugadas y amplias
llenas de experiencia y tan sabias.
Otros buscan héroes en las pantallas
el mío eres tú, mi viejo y anciano amigo.
Tú, que miras cara a cara al silencio,
que me muestras cada mañana el camino
sonriendo a la soledad de tu invierno,
ahora si lo comprendo y entiendo,
héroes es... aquel que es capaz
de sonreír a su propia verdad.
Hermosa poesía, siempre tenemos que tener presentes a nuestros ancianos, son el pasado en el presente y señalan nuestro futuro. Felicitaciones, un abrazo, Per.
ResponderEliminarPreciosa
ResponderEliminarUn poema muy bello que puede servir de inspiración a personas de todas la s edades especialmente a los mayores que vivan en alguna residencia de ancianos de Valencia.
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