Desconocíamos que iba a ser la
mejor época de nuestras vidas. Insultantemente jóvenes, despreocupadas y felices,
con todos nuestros sueños aún por estrenar.
La vida pasó como un vendaval causando destrozos, rápida y arrolladora. Y descubrimos ya tarde, que todo es relativo y cambiante y que los únicos lazos que permanecen
inmutables a lo largo de nuestra existencia son aquellos que une la amistad.
¡QUÉ BONITO...!
ResponderEliminarMalén, te superas con cada texto... Qué envidia (sana) !!!!
ResponderEliminarDe verdad que lo haces estupendamente. me traslado a tus relatos cuando los leo.
ResponderEliminarPrecioso... :)
ResponderEliminar