jueves, 23 de mayo de 2013

Epístola


Mi apreciado y respetado amigo Don Arístides Peribáñez:

Confío que al recibo de la presente tanto usted como su honorable familia se encuentren pletóricos de salud.

Espero no incomodarle, entreteniéndole unos instantes con este sucinto escrito. Conocedor que soy de las refinadas inclinaciones de su señora Doña Celedonia, Ilustrísima Baronesa de la Vida Regalada, y a sabiendas del interés que siempre mostró en disponer en su suntuoso palacio de un fantasma de plena confianza, aprovecho para ofrecerles los servicios de mi espíritu, Salustiano Bracamonte, que ha servido bien y fielmente durante siglos a varias generaciones de mi linaje. Como usted bien conoce, las inclemencias financieras que envuelven a la sociedad han hecho también considerable mella en mi patrimonio, compeliéndonos a enajenar la mansión de la Calle Concejo de los Carcamales. El ilustre Marqués de la Inutilidad Pasmosa nos ha presentado una proposición que ha resultado inadecuado rechazar, aunque declina el traspaso de nuestro espectro junto con el inmueble, por detentar ya plenos derechos sobre varias ánimas que satisfacen con creces todas sus necesidades.

El hecho es que en próximas fechas nos trasladaremos a vivir a nuestro cortijo de La Dulcísima Alcaparra. Usted ya imaginará que es del todo imposible transportar fuera de la capital a Salustiano sin grave riesgo de que el pobre se desvanezca por siempre jamás. Ante estas circunstancias y en aras a nuestra antigua y duradera confraternidad, me he tomado la libertad de sugerirle su adopción por cantidad ecuánime que complazca a ambas partes. Como no es cortés ni caballeroso hablar de sumas por escrito, le encarezco conteste este mensaje a su más breve comodidad notificando si estaría interesado en llegar a un acuerdo, en cuyo caso podríamos entrevistarnos en el Club de la Aristocracia Rancia y Casposa cuando a usted mejor convenga.

Suyo afectísimo, le reitero mi más distinguida consideración y quedo a los pies de la señora Baronesa.

Mariano Constantino Dionisio de las Tres Cruces en el Monte del Olvido y Camino Verde que va a  la Ermita, Vizconde de la Pena Negra.

3 comentarios:

  1. Me encanta!! Vaya recursos y potencial lingüísticos, chavalote!!

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  2. Muy divertido y conseguido ese lenguaje rimbombante. Felicidades.

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