viernes, 3 de mayo de 2013

UN DÍA TONIFICANTE


Un escalofrío le recorrió la espina dorsal cuando lo vio con aquella jovencita dándose arrumacos, la muchacha al verla le lanzó una mirada triunfal, como guardando un secreto tras de ella.
No soportó que él tuviera tan poca delicadeza al querer despojarla de todo..., todo lo que consiguieron juntos; algunas veces con mucho esfuerzo, otras poniendo sus corazones y emociones en adquirirlas, como sí quince años de matrimonio se volatizaran. ¡Le dolía tanto! Luchó por conseguir lo que le pertenecía y dejó de auto compadecerse.
Cerró la puerta al salir del despacho. Recorrió el pasillo y bajó las escaleras que separaban la calle del bufete, despacio, muy despacio, y una sonrisa agridulce se dibujó en sus labios. Saboreó en cada paso los años vividos juntos. ¡Quedaron tantos proyectos por realizar!.
Al llegar a la puerta de la calle comprobó que el día hacía honor al refrán del mes. ¡Llovía con tanta intensidad! Salió al tonificante, limpio y húmedo aire. Abrió el paraguas que apartó hacia un lado, levantó la cara agradeciendo la lluvia, la refrescó. Cerró los ojos y respiró hondo, dejó que el aire le purificase e intentó recuperar la poca serenidad que le quedaba. Se alejó de allí con paso seguro, ufana por haber sabido reprimir algún reproche cuando lo miró a los ojos, y le dijo que le regalaba todo lo que la sentencia le dictaminaba por derecho. No quería tener nada que le recordase, ¡no lo merecía!

 

7 comentarios:

  1. Muy bueno, Fina. Me ha gustado mucho.

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  2. Precioso, Fina!! Se nota que lo has trabajado. Una alegría verte por aquí.

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    1. Gracias Amparo. Últimamente me cuesta escribir, pero por lo que veo no soy la única. A ver si vuelvo a coger el ritmo.

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  3. Muy bien, Fina, me ha gustado mucho.

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  4. Estupendo, también me ha gustado y ojalá fuera así de fácil!!

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