miércoles, 27 de julio de 2011

Tarde de estío IX


Touché. Se lanzaba sin red. Pirueta en el aire y salto sin retorno.
Mientras me hablaba se iba acercando lentamente.Ya estaba a mi altura. Olía a limpio y su piel era suave. Me conocía. Me conocía desde siempre.
Ya no tenía nada que decir. Cualquier cosa hubiera sido ruido.
Nos mirábamos fijamente,  intentando  casi, resolver un enigma.
Sólo pude extender mi mano y rozar su mejilla. Acaricié el contorno de sus labios con la punta de mis dedos y le besé.
Inesperada y dulce tarde de verano.

1 comentario:

  1. Cómo es posible que esté aquí este relato tan solito. Es muy bello, Asun.

    ResponderEliminar