MOMENTOS
El viento de la tormenta ha golpeado con fuerza la hoja de la ventana y la ha sobresaltado devolviéndola a la realidad; arruga su frente, -contrariada-. El aire se ha enfriado y eriza el vello de sus brazos.
Cierra la ventana y se zambulle de nuevo en las páginas de su libro. No se ha percatado de mi presencia, al menos no más de lo que ha advertido la de la abuela dormitando en su mecedora o a Marina trajinando en la cocina. Claro, son tantos años ya, tantas conversaciones, tantas risas y lágrimas compartidas… Seguro que su libro le esta ofreciendo alguna pasión nueva a través de otras vidas, pero yo ¿qué puedo darle que no le haya dado ya?
La miro embobado, el mechón que cae -como siempre que se inclina hacia adelante- sobre su frente morena, sigue pareciéndome rabiosamente femenino y un tanto sexy aunque haya mudado su negrura azabache por un tono grisáceo, casi blanco.
Alza la cabeza y aparta el pelo en un gesto mil veces repetido y mil veces nuevo para mí. Mi retina atrapa la magia de este instante, que como tantos, ella convierte en especial.
Eufrasio creo que he plagiado, sin intención tú primer relato, lo leí hace días y mi subsconsciente me ha traicionado. Bueno, es lo que tenéis los grandes, nos inspirais. Ya que está colgado no lo descuelgo ¿vale? aquí queda.
ResponderEliminarTú puedes plagiarme todo lo que quieras, querida Yolanda, aunque tras leer tu relato no me siento plagiado.
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