A D. R. del Pino no le gustaba su vida. Él no gustaba a quienes le rodeaban. Su existencia era axfisiantemente monótona: todos los días se dirigía puntual a su trabajo en el banco, llegaba siempre muy serio y estirado dentro de su anticuado traje gris, sus compañeros apenas si intercambiaban con él algún que otro comentario trivial, sobre el tiempo, el volumen de trabajo y poco más, si alguna vez se animaba a compartir la cervecita de los viernes se sentía fuera de lugar, sus palabras eran insustanciales e inoportunas, su presencia postiza y pesada.
En casa su vida cambiaba bien poco, D. R. del Pino vivía con su madre, sujeto a rigidos horarios para todo. Ambos eran de pocas palabras, sus silencios eran tan espesos que cualquier sonido temía sumergirse en ellos.
Pero D. R. del Pino, tenía una pasión secreta: era fan de la música de los 60, y en internet encontró un modo de vivir y compartir su pasión sin que su gesto -entre el enfado y el asco- y su tono de voz -apenas audible-, lo estropearan.
Su blog fue creciendo y creciendo gracias a sus inestimables aportaciones y audaces comentarios sobre el tema, tenía ya un nutrido grupo de seguidores, en su perfil D. R. del Pino aparecía con un aspecto juvenil y desenfadado en una de las pocas fotografías que tenía sonriendo, el photoshop hizo el resto.
Su vida B era perfecta; allí era alguien, tenía seguidores que admiraban sus conocimientos y aplaudían su ingenio, su popularidad fue creciendo, quisieron conocerle. D. R del Pino, horrorizado, no volvió a conectarse y su carácter se agrió aún más, fue cosechando antipatías y rechazos nuevos en su día a día.
Pronto encontró una salida, también era amante y conocedor del cine de los 60; nueva identidad, nuevo blog, nuevo y seductor perfil. D. R. del Pino, se construyó otra gratificante vida B que le salvó de su existencia anodina y gris.
Ay, Yolanda, espero que esta historia no nos refleje, pero sin duda existen estos topos cibernéticos. Me gusta mucho.
ResponderEliminarPara nada, nosotros somos lo contrario, en vivo somos aún mejores. :)
ResponderEliminarGracias, Yolanda, me tranquilizas...
ResponderEliminarYo soy fan de la música de los 60 y el cine de los 60: nooooo!!!!!!!.Muy bueno Yolanda: ácido e ingenioso.
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