lunes, 10 de octubre de 2011

EL DISCRETO ENCANTO DE LEOCADIA

Leocadia cruzó la calle Comedias y se quedó atrapada en la mirada de un hombre que estaba en el interior del pub Redford. ¡No podía ser, no, era imposible! Pero aquellos ojos, su porte, su impecable traje no dejaban lugar a dudas: era Michel Piccoli en carne y hueso, el actor que había protagonizado películas inolvidables como La Grande Bouffe o Le charme discret de la bourgeoisie. Era Piccoli con 40 años. Era su ídolo, su actor favorito y su modelo de hombre comprometido con la lucha izquierdista de finales de los sesenta. Se fue directa hacia él, hipnotizada, embargada de emoción, quería decirle algo, no sabía qué pero no podía dejar pasar aquella oportunidad que el destino le estaba sirviendo en bandeja de cristal. El cristal que los separaba, el de la puerta y que Leo, en su embeleso no vio, y que atronó la calle unos instantes cuando se estrelló literalmente contra él. Se quedó medio inconsciente y abrió los ojos en los brazos del dueño del pub que no era otro que el supuesto Piccoli. Desde aquel día se convirtió en clienta habitual.

10 comentarios:

  1. Ya suele pasar, en un viaje por la India con uno de mis hijos nos encontramos con Donald Sutherland, clavado, clavado, su doble...Algo más joven eso sí.
    ¡Muy divertido! A la pobre Leocadia le pasa cada cosa!!

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  2. Leocadia tiene dimensiones épicas. Me encanta el estilo directo del relato, es raudo cual centella.

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  3. ¡Ay la emoción unida a la precipitación!, suele estrellarse y si además hay un cristal (ultra-limpio) de por medio, el batacazo es tremendo, pero mira, el despertar mereció la pena. Muy buenas las aventuras de Leocadia. Enhorabuena.

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  4. Sin noticias de Leocadia hacía tiempo... Está muy bien. Me ha gustado mucho... sí creo que es muy divertido...

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  5. Leocadia cada día me cae mejor. Creo que tenemos muchas cosas en común ella y yo, lo cual no es malo (ni bueno, supongo). Me encanta cómo nos vamos conociendo todos por medio de nuestras palabras... Relato fantástico!!!

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  6. Entiendo a Leocadia perfectamente, yo por un ídolo así me estrello contra un muro si hace falta. Muy bueno Lucrecia.

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  7. Que divertido.Me tiene fascinada Leocadia.La siento, también,muy muy cercana.

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  8. A mí también me gusta tu estilo rápido y directo y las peripecias de Leocadia me encantan. Yo tengo una amiga que traspasó un cristal con la cabeza y se rompió la nariz ¡Pobre!

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