lunes, 24 de octubre de 2011

Compañeros de viaje

Andrés volvía a casa a encerrar el ganado. El escarchado frío propio de la meseta le hizo estremecerse durante un momento. Andaba a paso rápido, seguido por sus ovejas y tras ellas su fiel perro. Volvió la vista para observarlos como siempre lo hacía. Todo discurría con normalidad.
Al cabo de un rato le pareció que Curro, el perro, olfateaba el suelo con cierto nerviosismo, las ovejas también parecían agitadas, Andrés imitando al can miró el árido suelo y le pareció ver, levemente dibujadas, una huellas. Sí, eran huellas de caballo, de dos caballos distintos, oteó el horizonte, pero no vio nada. El perro venteó el aire con su afilado olfato, gimió, pero continuó el camino sin más.
En su humilde casa, le esperaba el calor del fuego encendido. Andrés acomodó el ganado en el corral y lo dejó preparado para pasar la noche. Entró a la única estancia que conformaba su hogar y acercó sus curtidas manos a la lumbre. Estaba hambriento. Sólo tenía pan y unos chorizos, suficientes ingredientes para prepararse unas migas. Mientras lo hacía, pensaba en las extrañas pisadas del camino. Ya no era muy corriente encontrar por aquellos lugares huellas de caballo. Habían pasado a ser animales de señoritos ricos y sus casas quedaban lejos ¡Qué raro...!
Las migas estaban deliciosas y la digestión hizo que Andrés se quedara dormido al calor de las brasas. Curro, emitió un aullido y le despertó, siempre aullaba cuando había luna llena. Andrés se acercó a la ventana, Curro también. Ambos miraron al otro lado del cristal. La noche era oscura, la luna llena presidía el firmamento, a sus pies, las estrellas. A lo lejos el cerro y recortadas a la luz de la luna las figuras de dos hombre a caballo, uno alto y delgado, con yelmo. El otro, más bajo sobre un asno.

10 comentarios:

  1. Muy bueno, Amparo: la aparición y las migas con chorizo.

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  2. Me ha gustado, y estoy con Magadalena, muy bien ambientado.

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  3. Gracias chicas. Esta vez ha sido más cortito, para no aburriros.

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  4. El Hidalgo siempre presente, bonita historia

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  5. Qué gran talento para la descripción y la novela.

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  6. Opino como los demás, no cuesta nada leer tus historias y enseguida te metes en el personaje

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  7. Casi he saboreado esas migas, Dios mío!! Precioso texto Amparo, escrito con el pulso de un Delibes. Enhorabuena.

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  8. Me gusta, está muy bien ambientado. eso sí, no comeré yo migas con chorizo no vaya a ser que la digestión me haga ver fantasmas, jeje

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  9. Gracias, gracias a todos, os quiero chicos. Desde que os conocí tengo el ego tan alto que me tengo que subir a una escalera para ponerme el rímel.

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