martes, 31 de enero de 2012

DISTANCIA

Es la misma luna la que los dos miramos. Tú en la lejanía. Yo aquí frente al océano. Luna llena, que deja su destello en el mar, lo mecen las olas, parece la luz de tus ojos queriendo llegar a mí, destellos de amor en la distancia. La brisa del mar me da frio, anhelo el calor de tu piel junto a la mía. Abrázame,que el rocío de la mañana nos encuentre a los dos unidos.
Despierto solo, el sol ha salido, miro hacia arriba y veo esas nubes como pañuelos blancos que viajaran por el cielo azul e infinito hasta llegar a tu país. Si tú también las miras bien y las sientes… descargaran sobre ti mis lágrimas de añoranza, que mojaran tu cara, como el rocío humedece al pasto. Lágrimas que saciaran tu corazón y quitaran tu sed de amor.
A la noche. Resignado, voy a hacerle el amor a ella… Pero veo el brillo de tus ojos reflejado en los suyos, sus labios me saben a ti, su cuello, sus senos, su vientre, su sexo. Todo me sabe a ti, El calor de su boca, su húmeda lengua, su aliento…susurrantes y fingidos te quieros al oído. La rozo, la siento, la beso, la gozo…te rozo, te siento, te beso, te gozo… te amo. Todo deja paso a la calma al sosiego…y un cigarrito. Ella queda dormida. Yo extenuado y ansiándote, necesito dirigirme al mar para ver en esa ansiada luna llena, la luz de tus ojos, las olas meciendo tu mirada.
En la distancia siempre estaremos juntos.

lunes, 30 de enero de 2012

Corazón y Cordura

Ella no sabe qué hacer. Cordura le dicta los pasos que debe andar, pero… «¿Acaso al amor lo puede regir la cordura?», piensa. ¿Qué es el amor sino locura, un constante vaivén, abandonarse, soñar, deleitarse, disfrutar, sentir, vibrar…?

Corazón, loco, rebosa amor. No entiende de razones, de argumentos, de criterios, de estrategias, de conjeturas, de predicciones, de cálculos fríos y despiadados. Ni siquiera cree en las estadísticas, en el número de veces que, por no hacer caso a Doña. Sensatez, fue abandonado, traicionado, herido de muerte. No guarda rencor en su interior. Es un desmemoriado para recordar esos episodios tan dolorosos. Ingenuo, selecciona solo aquellos que lo extasiaron, los que le alegraron y dulcificaron en una tarde al sol con las manos entrelazadas, los que le sembraron una noche entre sábanas de algodón recién lavadas y palabras susurradas, los que le transportaron a placeres culinarios entre risas de rubia cerveza. ¡Son tantos, que no puede enumerarlos todos! Tanto ocupan que no dejan espacio libre para aquellos otros que le matan y le angustian. ¡Esos, fuera! Los ignora. Trata de esquivarlos. Hasta que llega Cordura y pone los puntos sobre las íes, y dictamina que los unos y los otros existen, que se debe llegar a un consenso, a un acuerdo.

-Todo está bien, el tiempo, el silencio y la distancia obrarán milagros –asegura convincente Cordura.

-No, no está bien. El paso del tiempo no hace más que confirmar lo que ya sabía: sé a quién quiero; el silencio solo me anestesia y la distancia no existe cuando se ama –responde seguro Corazón.

Cordura sigue esgrimiendo argumentos, pero Corazón hace rato que dejó de escucharla.

¿Y él? ¿Sabe él qué hacer?

Quizás, Corazón y Cordura, también estén lidiando esta misma batalla a su lado.

SEDUCCIÓN

Ella había empezado a tratarlo con indiferencia, pensaba él. Le dolían sus ausencias, siempre de cara a la maldita pantalla del ordenador. Le decía que quería ser escritora y que tenía que comprenderla, que era un oficio difícil y requería mucha dedicación pero que ya no concebía su vida sin ese firme camino que se había trazado. Él le reprochó hasta el agotamiento. Ella se cansó. Un buen día se sorprendió a sí misma coqueteando con un hombre, de exquisita delicadeza, que escribía unos hermosos relatos. Se leían el uno al otro y ella pensaba que aquellas frases tan bellas la seducían como nunca antes hombre alguno lo hiciera. Soñaba con el escritor muchas noches mientras dormía al lado de él, que ya no le decía casi nada, parecía haberse cansado de protestar y compartía la vida con ella con aire de infinita resignación. Veía la televisión, cocinaba para ella y, a veces lo sorprendía leyendo algún libro cosa que nunca antes había hecho. Entretanto el deseo de ella por aquel desconocido se iba acrecentando. Él se instaló un despacho en el cuarto de invitados y allí con su música y sus historias celebraba cada día el milagro de haber vuelto a seducirla.

Una voz, tu voz me lleva a ti. Tú, tan sólo tú, tú solo y conmigo. Nada me falta. Todo me sobra. nada pregunto ya. Todas las respuestas me están esperando en tu abrazo. ¿Para qué más?.

NO DIGAS NADA. TAN SÓLO RECUERDA

Asomada a tus pupilas descubro paisajes imposibles. El equilibrio me dicta su dictadura y convertida en relámpago pretendo que me recuerdes, que te acuerdes del primer suspiro que me hizo tuya. Trato de disipar toda la niebla que ahora nos separa aún estando juntos. Te miro, dibujo con un dedo imaginario el contorno de tu boca, tus ojos, sorteo la nariz que me lleva tus mejillas. ¿Eres el mismo?.
Asomado a tus pupilas te recuerdo cuando tus manos apenas sin rozarme hacían que todo se rompiese dentro y se recompusiese al instante. El equilibrio dictando sus leyes y nosotros convertidos en sueños. Te miro sin atreverme , sin que adviertas mi mirada te observo. ¿Eres la misma?
Desde lo alto podía ver a Roger y Nuria sentados en el mismo lugar pero en distinto tiempo. Los dos congelados por las palabras abortadas. Una mano se abrió sin pedir permiso. Roger dejó posar su mano sobre aquella que había nacido a su lado. Comenzó así un ligero baile entre los dedos que provocó una mirada distinta. Las palabras se hicieron piel entrelazándose , contándose mil historias contenidas en el embalse del tiempo.
No, no digáis nada. Cerrad los ojos y recordad lo que un día esos dedos sintieron.

domingo, 29 de enero de 2012

EMBRUJO

Me embrujas.
Tu cuello, tus delicadas curvas que recorren con delicadeza mis dedos; la adorable frialdad de tus contornos.
¿Qué me das, reina, para seducirme como me seduces? ¿Para perderme como me pierdes?
Cada vez que deposito mis labios sobre ti, quedo cautivo de tus encantos.
Se muy bien aquello que oculta tus entrañas: elixir de mi vida, Sustancia Magna que da otra dimensión a mi ser.
Me vuelves loco, y en mi locura siento vértigo cada vez que tu aliento se posa sobre el mío.
Me das la vida, me traes la muerte. Me quitas la paz y no dudas en acariciar mi frente para sumirme en dulce sueños.
Sólo contigo me abandono hasta difuminarme en la Nada.
Me despojas de dignidad pero, en cambio, sólo contigo alcanzo la verdadera plenitud.
Me transportas hacia otros mundos, sufrimientos, placeres...
Y tan solo eres una botella plena de alcohol maldito; yo, tu esclavo...un triste borrachín cautivo de tus encantos.

Adjetivamente.

Mi cabeza es como una viñeta. Dentro tengo tantas escenas y tantos personajes como todas las novelas de Tolkien . Tengo perros ladrando día y noche, tengo campanitas que suenan noche y día, niños gritando, niñas bailando, un monstruo con hambre, un fantasma sin sábana, un sol de madrugada, una luna por la mitad, un coche de tres ruedas, un piano de metacrilato que sólo toca canciones de amor, una guitarra enchufada a un bafle que se conecta a una etapa de sonido cuyo volumen lo controla un técnico con dos pendientes en las uñas de los pies. Un cuchillo con diez muescas en sus cachas de asta y sangre en el filo, un libro que nunca termino, una novela que jamás he comenzado y un bolígrafo por estrenar que se cansa de esperar.

También tengo una novia a la que quiero y no veo, a la que veo y no escucho, a la que escucho y no entiendo, a la que dibujo y borro una y otra vez hasta que se me olvida su carita de ángel. Nunca le digo lo que siento, se lo escribo y se lo leo justo antes de que se duerma, cuando la mente asimila lo que debe, cuando los oídos escuchan lo que quieren y a la mañana siguiente se cree que lo ha soñado y me quiere todavía más.

Me acabo de dar cuenta de que mi novia no necesita adjetivos, me he levantado, la he besado, me ha mirado de esa manera que ella sabe y he dejado de escribir.

La función cuadrática


Llego, a propósito, con la hora justa a la reunión, porque empieza a resultarme incierto el espacio que hay entre tú y yo. He sido Diana cazadora y ahora, aunque un poco cansada o tal vez mayor , reconozco los signos. Rodeo la sala con sigilo y me siento en mi sitio. Levanto la mirada y ahí estás. Antes eras más sutil y más discreto. Ahora, por algún motivo, las cosas están más claras.Tú has decidido algo para mí. En cambio yo, aún no he emitido ninguna señal. Secretamente complacida, estoy esperando agazapada el momento propicio de mirarte a los ojos. De acariciarte por sorpresa, sin apenas rozarte, delante de todos. Dejarte indefenso en un momento de desconcierto.
Imagino mil maldades y en cada una me voy creciendo. Tengo la vista sobre la mesa, porque sé que vienes directo hacia mí.Estoy en guardia… Con suavidad extrema, te inclinas, sin agredir mi espacio personal, aunque muy cerca y me dices:
-“¿Has trabajado aquello que hablamos sobre la función cuadrática?”
Me río para mis adentros. Al cuerno la función!! Aprovechando que mis compañeros de sala siguen entrando y acomodándose, te sostengo la mirada fija.Descubro rubor en tus mejillas. Guardo unos segundos de incómodo silencio para ti,con mi dedo índice te acaricio la barbilla y te digo bajito:
-“Te has manchado de tinta…”

LA GALA DE LAS PALABRAS

En la primera Gala Nacional de las Palabras, el ajetreo acampaba a sus anchas en el elegante teatro acondicionado para la ocasión, con los últimos preparativos.
El programa era emocionante: relatistas de renombre, poetas famosos, escritores de valía reconocida…
A la hora de ocupar asientos surgieron los roces.
Los sustantivos exigían un asiento en primera fila:
-No sois nada sin nosotros, les gritaban a los adjetivos, que disputaban ese lugar como suyo.
-Ja…, poco valéis sin lo que nosotros os aportamos. Contestaron estos.
Pronto tomaron partido los artículos, preposiciones y otras palabras más humildes, reclamando un lugar privilegiado.
La bacanal se desencadenó con la llegada de un grupo ultra de verbos en sus distintos tiempos: agrediendo, peleando, profiriendo insultos…
Entonces, como por arte de magia la música invadió el recinto. No era una música cualquiera, sus notas se colaban en el corazón de cada palabra obrando el milagro: el silencio reinó de nuevo. Sustantivos, adjetivos, artículos, verbos…, ocuparon de forma aleatoria sus asientos y se dejaron arrastrar por la magia de aquel sonido compartiendo todos un mismo deseo: Formar parte de la bella melodía.

sábado, 28 de enero de 2012

Seducción


El local estaba en penumbra. Me acomodé en una mesa libre. Me habían recomendado aquel café en el bed and breakfast donde dormía. Al poco de que la camarera sirviera la copa, empezaron los primeros acordes del violonchelo. Y ya no supe dónde me hallaba. Sí, claro, aquello debía ser Egipto y perseguía la etérea belleza de una misteriosa dama que huía entre velos a bordo de una nave del antiguo Nilo, custodiada por dos hercúleos sirvientes. Una fuerza me impulsaba a correr  tras ella, pero ya no estaba allí, había desaparecido.  Yo, tampoco era yo mismo, sino un tramoyista que contemplaba extasiado, desde las bambalinas del Gran Teatro Bolshoi,  a un grupo de bailarinas, que hacían poesía al compás de la maravillosa música, la misma que me había seducido y  que me había hecho soñar lugares tan remotos. El sonido de los aplausos me sobresaltó y regresé al viejo recinto del Soho londinense.

viernes, 27 de enero de 2012

Mi calle

Mi calle es tranquila. Tiene grandes árboles que me han acompañado desde siempre. Cuando hace sol y cuando hace frío. Vivo en un ático. Es mi refugio. Pero soy poliédrica por naturaleza, y buscando espacio, incluso dentro de mi propio escondite, tengo un hueco. Enciendo mi ordenador y, tengo otra calle. Una avenida principal, Valencia Escribe, otra que cruza, Leocadia’s Street y en el centro Feisbuk Square. Me asomo a mi ventana, y ésta, no suele ser una calle tranquila. Es ágil, rica, pobre, emocionante, joven, madura, indignada, dulce, dura. Y me siento feliz de vivir allí por temporadas. En muchas ocasiones, no puedo participar, porque tengo algunas aristas más que recorrer por el poliedro de mi alma, pero no desaparezco. Soy un testigo callado y disfruto de ver a Wally haciendo streaptease, ajeno a la orquesta de músicos ciegos. Mi vecina se ríe arrebujada desde su cama. Y cuando se va la luz…es un magnifico caos. Una noche, vi a dos matones en una azotea. Uno de ellos no tenía adjetivos porque alguien, sin pensarlo, se los había llevado en un saco. Desde mi ventana, veo a veces, casi borroso, un fantasma que cruza el paso de cebra. Pero lo mejor es que, todos los vecinos del barrio, sabemos que los Mares del Sur, pueden estar al alcance de la mano. Por eso, nadie vende sus pisos. Y he podido contarlo con todo lujo de detalles, porque tropecé en la escalera con el hombre del saco que, al verme, sonrió y me regaló unos cuantos adjetivos.
Me gusta esta calle de mi alma. Me gustan sus vecinos.

FALLO PRIMER CONCURSO DE CUENTOS EN VE


Amigos: ya tenemos ganadora de nuestro primer concurso en VE.
La ganadora es: Afjjiqiifn qkdnv (perdón, este teclado va mal), la ganadora –decía- es: Asunción Serra,, vaya…otra vez el teclado. Por cierto, me hubiera gustado anunciarlo con algo sonoro o con una buena animación, pero no es lo mío, ella sí que hubiera sabido hacer algo bonito. Amigos podéis empezar a felicitar a Asunción Serra (Asun para nosotros), por su relato Barcos presentado bajo el seudónimo Atrevimiento, que es el que ha obtenido mayor número de votos.
¡¡ Felicidades !!

jueves, 26 de enero de 2012

LA VIÑETA

Juan acaba de leer el periódico, lo deja encima de la mesa y se dispone arreglar la manilla de la puerta.

Cuando va a la cocina después de una hora a buscar un vaso de agua, ve a sus hijos con la viñeta que traía el periódico.

- Mira el hombre araña, jajaja qué golpe....,- dice Pablito.
-Qué desastre, niños jugando en medio de la carretera, coches que atropellan a la gente,-¡mira Pablito!, un puesto de golosinas y músicos. Mira, mira...., sigue comentando Carlos a su hermano, que mira la viñeta sorprendido de tanto dibujo y color.

Juan se sorprende de la facilidad que tiene su hijo de ocho años para relatarle toda una viñeta a su hermano.

Mi calle


Vivo en una callejuela en el centro de Valencia. Mi dormitorio da a la calle. En frente hay un bar que, en las noches de verano, es un espectáculo: un desfile de rostros, cuerpazos, escotes, brazos, piernas, modelazos… Los fines de semana, la calle se llena de gente que toma copas, habla y ríe. En las madrugadas se suelen oír voces entonando canciones que van desde el cante jondo de Camarón, a la copla del marinero del tatuaje en el pecho de la Piquer. Yo, que a mis años ya no puedo estar presente en esas juergas, me arrebujo entre las sábanas y pienso: “asisto a la velada desde un lugar privilegiado, mi camita”.

miércoles, 25 de enero de 2012

LES VENDO UN PISO

¿Desean un piso en la calle donde vivo? ¡Esta es su oportunidad! Apenas les costará dinero, se lo aseguro.
Si lo que desean es alejarse del mundanal ruido esta es la solución: mi piso.
Calles apenas transitadas –un par de peatones todo lo más- donde el silencio campa a sus anchas. Les aseguro que no encontrarán ni un Spiderman por sus paredes, jejeje…es broma; ni atascos de tráfico, ni gritos de viandantes o vendedores; es el sitio ideal para el relax de sus nervios.
¡Vamos! ¡No se lo piense! Estoy deseando larg…vendérselo a usted para que comience a disfrutar de la zona. No se arrepentirá…se loprometo.

Nota: Entre ustedes y yo, compañeros: como publique esa fotografía…no vendo el piso en mil años.

MUSICA ENTRE EL CAOS




                        Formo parte de la banda de música que toca en la esquina, delante de una persiana. Como tenemos una minusvalía en la vista no podemos identificar todo lo que está sucediendo, pero intentaré hacer una descripción: Dos personas bailan al ritmo de la música y de la confusión. Me parece distinguir en el paso de cebra a un niño jugando a la peonza. También hay un coche cuyo dueño parece tener dificultades para ponerlo en marcha. El guardia urbano hace detenerse a un autobús escolar. Los niños, en su interior, cantan una canción. Reina el caos de tanta gente que hay en los alrededores. Mis colegas y yo, nos frotamos los ojos sin perder la compostura ni el hilo de la pieza de música. Para seguir, tendremos que parar unos minutos, ponernos gotas en los ojos y beber algo. Si alguien ve un bar, que nos lo diga, por favor.

DEPENDENCIA


Hacía horas que se había marchado la luz. La gente no sabía qué hacer, ningún electrodoméstico funcionaba. Los bares y restaurantes estaban en penumbra. En las tiendas y oficinas no podían trabajar. La circulación era un caos. La mayoría salía a la calle, hablaban, se relacionaban. Otros observaban desde sus ventanas y azoteas. LLevaban demasiadas horas sin electricidad y todo dependía de sus hilos.

LA VIÑETA DE LA SEMANA

No hay nada más allá que una multitud de personajes agolpados. Mi memoria los ha ido rescatando con la única función de arropar a un fantasma. A veces me pasa, es como entrar en un trance. Me dejo llevar por los recuerdos, los mezclo con la imaginación y mis manos dibujan para que el resultado me sorprenda. Hoy no hay sorpresa. Hoy sólo la veo a ella rodeada de colores y de monigotes que van y vienen. Para mi todos bailan a su alrededor y carecen de importancia. Pero ellos aún no lo saben.
A ella, a mi fantasma, nadie la ve. No es el que trepa por el semáforo, ni Superman, ni vende helados… A ella, sólo yo la veo.
Y de nuevo cruza aquel paso de cebra y sus ojos vuelven a estar fijos en los míos rodeados de un caos que de pronto se volvió silencio.

martes, 24 de enero de 2012

Jack, sin adjetivos

-¡Te dije dos días! –vociferó.

-Te prometo, Jack, que mañana lo tendrás –respondió Harry.

A una señal, el gorila que lo sujetaba le asestó un golpe en la boca del estómago y lo dejó sin respiración. Sintió náuseas.

-¡Deshazte de él! –rugió con desprecio.

-¡No, Jack, espera! –gritó.- Puedo arreglarlo.

Una lluvia de puñetazos le cayó encima.

Entonces, la puerta se abrió de par en par. Sin tiempo para reaccionar, el gorila se vio encañonado por uno de los dos matones que irrumpieron en el ático; el otro, se ocupó de Jack. En la confusión, Harry reptó por la sala hasta la terraza. Su mente procesó los acontecimientos a la misma velocidad que el paisaje cambia desde la ventana de un tren.

El disparo atronó. Corrió. Corrió hasta la cornisa y saltó. Quedó, de una sola mano, suspendido en el aire. Abajo, el vacío. Arriba, la muerte.

EL CENTRO



Ahí está. El Centro. Con sus gentes, sus coches, sus colores, sus carteles, su ir y venir, agasajando al mundo con sus regalos. En El Centro todo es posible, ya lo decía el maestro, desde viajar “Sin salir de casa los mares del sur a su alcance” hasta “pensamos todo el tiempo en usted es hora de que usted piense en nosotros”. Dios mío, “Somos nosotros” la imagen de ésta nuestra sociedad.

A José Saramago por su gran obra “LA CAVERNA


lunes, 23 de enero de 2012

TODO EN ORDEN



Después de meses en el campo, me aturde una ciudad que olvidé: carreras, pitidos, empujones… ¡Socorro!, mi cabeza amenaza con estallar dentro de esta coctelera que me lleva de un lado a otro. Me coloco en el ensamblaje de la cadena que se arrastra a mi alrededor y me dejo llevar. Al cabo de unos minutos siento que he recuperado mi sitio, todo está en orden.

Qué mareo!!



Parece un anuncio del caos hecho cartel. Los coches hacen sonar el claxon, los niños en la calzada montan sobre sus patinetes atentando contra sus vidas. El hombre araña trepa por la pared, mientras otros se encaraman por los balcones y Supermán aparece al rescate. Las esquinas son el territorio de los vendedores; en el chaflán los músicos con sus  voces  e instrumentos se afanan en recaudar dinero. En las azoteas las señoras tienden la ropa al sol. Accidentes y averías, obras y charcos, autobuses y furgonetas. Carritos y anuncios, escaleras, cables  y cometas que se cruzan, pelotas, equilibristas y chorizos. Todo cabe en tal espacio. Una multitud de tipos de toda pelambre se amalgama y ocupa la viñeta: gente, mucha gente;  estallido de vida, demasiada vida.

viernes, 20 de enero de 2012

PRIMER CONCURSO DE MINICUENTOS DE VALENCIA ESCRIBE



BALCÓN DEL ATARDECER

Se sentó sobre un banco oteando el horizonte, donde dos veleros estaban apostillados sobre el agua. Me sonrió a mí, sonrió a la cámara. Me vino a la mente la lámina de un pintor y pedí prestados sus colores para plasmarlo en un lienzo imaginario.

Miré a mi padre como nunca lo había hecho. Con respeto, con admiración.

De regreso, pudimos contemplar como el agua se adormecía en la cuna del mar arropada por el crepúsculo. La brisa coqueteaba juguetona con mi cabello. El sol iluminaba de refilón las nubes y cogí la cámara por última vez aquella tarde…

Nudo del ocho

MÁGICO SUEÑO

Un agradable balanceo me despertó. Observé mi entorno. Me hallaba en un reducido habitáculo con paredes de madera. Recordé lo que había soñado: Estaba de vacaciones en Ibiza a bordo de un pequeño velero, fondeado en una preciosa bahía, acompañado por Leocadia. “Hermoso sueño”, pensé.

Me incorporé, abrí la puerta y accedí a un salón con pequeños ventanales que dejaban penetrar los primeros rayos del sol. Una escalerilla me invitaba a descubrir la realidad. Accedí a la cubierta, el intenso azul del mar y la perversa sonrisa de Leocadia me confirmaron que algunos sueños pueden convertirse en realidad.

Capitán Storm

LA SIRENA Y LAS MIL Y UNA TARDES

-¡No digas eso, hombre! Seguro que encontramos una solución –le respondió con incertidumbre.

-Ya no hay remedio, Manuel –dijo con el pitillo apretado entre los dientes.

Ambos miraron el barco frente a sí.

Dicen que una sirena los oyó hablar y les susurró al oído bellos relatos.

Desde entonces, aquel barco –que ya no estaba en condiciones de navegar- vuelve a tener su razón de ser: salón literario flotante. Cada tarde, a la hora en la que el sol juega con las olas, unos locos por las palabras suben a cubierta y le arrebatan al mar sus historias.

Mar

CRUCERO NOCTURNO

La bonanza del tiempo les permitió salir a navegar durante la noche convencidos de que, así, el cumpleaños de María resultaba excéntrico y muy chic. A bordo, algo ligero para comer y abundante acopio de alcohol para pasarlo en grande. Como fondo musical: David Bowie.

Pasadas las horas, todo resultaba normal, reían, hablaban a gritos, bailaban…, el licor había producido el efecto necesario para que María cayera al agua, continuaron la fiesta sin prestarle atención. María, chapoteando, pedía ayuda. Su marido, riendo la miró. La fiesta continuó.

La a-dorada

NAVEGANDO

Me gusta navegar por las palabras cuando escribo y bucear hasta encontrar la adecuada, como si se tratara de un preciado tesoro. Me gustan los piratas y los aventureros, los que se lanzan sin mirar atrás, los que siempre sueñan.

Me gusta dejarme llevar por los mares de libros cuando leo y me sumerjo en historias que me atrapan y me llevan flotando sin que me importen el oleaje o el mal tiempo.

Me gusta mirar el mar y pensar en otros mundos lejanos y en los barcos que cruzan océanos y acercan continentes y tienden puentes entre culturas.

NORAY

EL ÚLTIMO VIAJE DE LEOCADIA

27 de enero de 2082, Leocadia descansa en su cuarto con ventanas al mar. Parece un pajarillo agotado por sus años de vuelo. A su lado, su nieta se esfuerza por recoger sus últimas palabras, retazos inconexos de frases entrecortadas.

Habla de veleros, de fantásticos viajes a través de cuentos y, de personas de las que nunca antes habló.

Sus últimas palabras son extrañas: “Valencia Escribe” –murmura-, mientras en su rostro encuentran acomodo la paz y el sosiego. Ella se deja ir…, su mirada prendida de un mar definitivo que la espera detrás de la ventana.

ESTRELLA DE MAR

VALENTIA

Navegaba yo perdido entre brumas de palabras. Recurría a favores mercenarios en ignotos puertos. Saciado el deseo, la insatisfacción bogaba otra vez conmigo. Un día naufragué, fui a dar con mis huesos a una pequeña isla aparentemente desierta en la que un cartel rezaba: “Bienvenido a la isla de los valientes”; me instalé allí, no tenía otro remedio, mi barco quedó hecho trizas en la playa. Al poco fui encontrando a otros náufragos y empezamos a construir una tabla de salvación, ensamblando aquí una palabra, allí una frase. Un buen día salimos cara al viento fuertes y sin miedo.

Malecón

EPITAFIO

El ocaso se cierne sobre nuestro viejo mundo que, agotado y exprimido, dice adiós. En este momento soy el árbol que cae en un bosque sin vida. Nadie puede oírme. Nadie me leerá. El sol besa el horizonte. El mar ha dejado de moverse. Los barcos, aún amarrados, no me reconocen. Cierro el ciclo que se inició en Sumer con este epitafio. Soy escritor y necesito perpetuarme en la palabra, a pesar de que ya nunca más florecerán las lilas en el huerto del bardo Walt. Arde el sol, arde el mar, arden las palabras.

Yáñez de Gomera

EL MÁSTIL

El sonido trae recuerdos de mi infancia. Hay personas que no sienten nada por este sonido; es más, les es molesto escucharlo una y otra vez, ya que no suele parar aunque aminore el viento. En cambio para mi es calma y paz. Algunas veces me parece escucharlo en forma de envolventes historias y dan sentido a mis palabras agasajándolas de inspiración. Siempre me he comparado con ellos, firmes y rectos, soportando día a día el peso del aparejo. Definitivamente así soy yo, como los mástiles de estos barcos que hoy contemplo. Su sonido pertinente aliviana mi vida.

Mesana

UN BARCO A LA DERIVA

Hace días que navego a la deriva. El barco se mece sin rumbo fijo. Ya no me queda nada que llevarme a la boca. El sol enloquece mis sentidos. Veo siluetas en la popa que me saludan. Supongo que son ángeles perversos que aguardan mi muerte que no llega.

A lo lejos diviso tierra. El barco encalla en la arena mientras el sol se apaga dejando paso a una noche calma y llena de estrellas. Me arrastro por la cubierta y consigo lanzar una salva. Me ven y me rescatan.

Observo la bahía. Es preciosa. Llegué a buen puerto. Renací.

Ancla

LA REGATA

El Club Náutico de Valencia organizaba una regata para celebrar su centenario. Se habían apuntado numerosas embarcaciones. El premio era tentador. Elías, capitán del velero Valencia y Matías, del Escribe, buenos amigos, cuando competían eran los mejores rivales. Tras el pistoletazo de salida comenzaba la pugna. El Valencia y el Escribe iban muy igualados. Los amigos y rivales luchaban al mismo ritmo, ambos querían conseguir la victoria. Veían la meta. Hicieron el último viraje. El incesante desafío terminó en empate. La decisión del jurado fue la siguiente:

“El premio es para VALENCIA-ESCRIBE, dos embarcaciones que han navegado como una sola”.

MAR DE BARENS

LA HUIDA

Imaginé un rostro para conocerte, unos labios para besarte, un cuerpo para amarte, un relato de cien palabras para conquistarte, y este velero para huir de ti.

Almadraba

A VISTA DE PÁJARO

Ya no es lo que era. Este mar, esta puesta de sol, este aire que respiramos. Parece el mismo mar, pero no, no es el mismo. Y no hace tanto tiempo. Aún recuerdo olas rompiendo contra la costa apenas sin obstáculos. La pesca era abundantísima. Nunca había escasez de nada ni por supuesto teníamos que emigrar tierra adentro como ahora. Ni esos malditos barcos ni bañistas ruidosos ni nadie ajeno a nuestra especie nos molestaba… Creo que están tirando algo por la borda, así que moviendo alas que como no llevemos algo tu abuela es capaz de devorarnos.

Vicenzo

DÍA SERENO

Mecidos por la brisa en un día sereno, con el sol poniente en el horizonte, preludiando la luna llena, comparten anhelos y un sueño añejo: la ancha mar, un mundo nuevo y sus estelas paralelas al sur.

Sin embargo, a unos les espera la calma y el sosiego en una playa de arena amarilla y olas de pequeñas y susurrantes espumas; a otros la desintegración por la tormenta bravía del amor hecho poema.

El destino describirá distintas travesías. Partirán en Luna Llena pero el viento guiará las velas a la Luna Menguante y la separación de sus timones amantes.

Xalaquia Marina

BARCOS

Me levanté despacio, sin rozarte, me asomé a la bahía. Se respiraba paz.
Cómo aquel instante no lo podía retener, hice un vano intento con una fotografía. Después te la enseñé. Bromeaste.

-”Barquitos, nada más...”decías

El Invierno llegó. No sé nada de ti. Una tarde, te reconozco en una librería. Sonriente, firmas ejemplares de tu último libro. Me decido a entrar. Compro uno y veo en la contraportada, aquella foto. Tu rostro, en primer plano.

Mientras espero, abro el libro y leo la dedicatoria:

“Y aquellos barcos...me llevarán de nuevo a ti”
Un dependiente me dice:

-”Su turno”.


Atrevimiento

OSTRA

Pedro sale en su pequeña barca cuando el sol tímidamente aparece por el horizonte, tiene la esperanza que las navidades de este año sean al menos un poquito mejor.

Saca y mete la red en el mar varias veces en el día, una profunda tristeza se apodera de él, retira los cuatro peces que dan el tamaño adecuado y el resto los devuelve al mar, medio escondida se encuentra una ostra que al recogerla le llama la atención un pequeño brillo que sale de su interior.

Pedro disfruta con su familia de las mejores navidades de su vida.

Palo mayor